sábado, 23 de mayo de 2009

El Rito Odínico

(III)

Cuando Golmen llegó a la mesa, ya todos estaban allí. Adam Polk, Jeremiah Woods, Kiefer Faulkner y Dakkar Sahib conformaban un grupo que podría haber sido catalogado como variopinto, y en efecto en un inicio lo fue, pero con el tiempo, los cuatro se convirtieron en una misma e infame entidad. El apelativo truhán, como se ha dicho anteriormente, les era administrado de forma concurrente, si bien no gratuita. La infamia, después de todo, es un atributo que nunca es del todo injustificado.
- Buenas noches Gunnar- saludó Polk, su expresión aburrida, su voz susurrante y de tono siempre sardónico, aún en la pronuniciación de las tres palabras que componían el saludo más mundano. El noruego devolvió el saludo y sonrió, antes de tomar asiento junto a sus pares.
- Ha ganado Thatcher- dijo Polk -. ¿Qué opinas?
Gunnar emitió una risa queda.
- Tenías razón.
- Ciertamente, las predicciones de Adam han ido mejorando- dijo Woods tomando la palabra -. Alguien debe haber estado repasando los tratados de Thelema.
Polk rió.
- Ya conoces mi relación con Crowley. Es similar a la tuya con Howard Lovecraft.
Dakkar Sahib dio un sorbo a su café, y Golmen hizo un gesto a un mesero para que le trajera uno igual.
- A Heath deben de estar ardiéndole los huesos- dijo el indio -. Toda su confianza puesta en Whitelaw para que la mujer practicamente le doble los votos.
Faulkner intervino.
- Era inevitable. El mes era propicio, Anterión sobre nuestras cabezas...
Polk rió nuevamente, y el mismo Woods no pudo evitar sonreír antes de hacer un comentario.
- No toquemos el tema de Anterión por favor- fue lo que dijo.
- ¿Qué tanto sabes de aquella estrella realmente, Kiefer?- preguntó Golmen al tiempo que recibía su taza de café.
- Sé que no se le debe ignorar, por ejemplo. Estoy convencido de que su influencia fue grande en estas elecciones.
Faulkner se había ofendido.

(10 de mayo del 2007)

miércoles, 20 de mayo de 2009

Espejo

Mi realidad gira en torno a un Vórtice
rodeado de altísimos picos nevados
y de torrentosas cascadas
de aguas verdes
el cielo es un baile de máscaras
que reflejan la luz del sol
con tanta potencia
que el sol mismo desaparece.
Puede desaparecer todo, finalmente, pero el Vórtice permanece.
A veces sus remolinos rugen
los picos se despeñan
formándose avalanchas de nieve, roca y barro
que al final se desmoronan al caer en las aguas trastornadas.
Del núcleo de esa realidad salvaje
surje un retoño reptileo
una masa de escamosas espirales
retorciéndose y enderezándose
emitiendo chillidos que lo ensordecen
todo.
Es el Dragón de mi conciencia
desarticulando los parajes circundantes del Yo
aplastando las paredes
con el peso de su cuerpo
un peso absoluto
que ni siquiera el Vórtice consigue tragar.
El Dragón ruge como la madre de las cascadas
y exhala un aliento más brillante que los destellos de las máscaras
astillándolas
transformándolas en los trozos de un espejo roto.

sábado, 2 de mayo de 2009

Civilización

África
eructando inmigrantes desde tiempos inmemoriales
el Inmigrante Ancestral
Medio Oriente
Grecia
Europa
Europa y la Historia de la Humanidad
basada en el conocimiento.

El conocimiento es un inmigrante
la civilización es un inmigrante
sangre
la sangre, cuando está coagulada
es el mayor inmigrante de todos.

(Lima, en algún momento de noviembre del 2008)