domingo, 23 de diciembre de 2007

Sábado

Era uno de esos sábados en que no tenía nada que hacer y yo estaba frente a la computadora. Usualmente uno se las ingenia los sábados, hace algo por no aburrirse. Yo en cambio, cuando no tengo nada qué hacer trato de no esforzarme y simplemente no hago nada. Máximo comprar un poco de chocolate o vino o las dos cosas. Así que bueno, estaba frente a la computadora con una botella de Selección Giol al lado y pensaba en los poemas que debía escribir durante el tiempo que durase hacer nada cuando sonó el timbre. Procuré desentenderme del asunto y dejar que María atendiese. María, cabe mencionarlo, es mi empleada, la asistenta, la joven que trabaja en mi casa. Y cuando la familia no está y no hay más excusas para que yo conteste a todas las llamadas y vea quien llama a la puerta, procuro que María haga su trabajo.
Y bueno, bebía una copa (digo copa pero en realidad yo bebo el vino en vasos o simplemente del pico de la botella) y componía algún verso. Y así iba componiendo varios versos.
- ¿Joven Iñaki?
- ¿María?
Me volví hacia las escaleras y vi a María subir. El uniforme le quedaba bien. Tenía buenas piernas y una boquita pequeña.
- Dime.
- Eh... hay un señor en la puerta que desea hablar con usted... eh... le dije que la señora y el señor no estaban pero dijeron que... eh... para hablar con cualquiera y ver si puede firmar unos papeles... eh... eh...
- Vale. Voy a ver.
En verdad me jodía que me interrumpieran. Me jodía porque los versos de verdad estaban fluyendo y detestaba dejar el vaso de vino a medias, expuesto a todos esos gusanos con alas que invaden el ambiente de uno en el verano. Pero podía ser importante y la verdad es que yo no era tan irresponsable. El trabajo de mi padre era importante (pagaba mis libros y mis discos).
Así que pasé junto a María y sin tiempo de mirar sus lindas espaldas, me dirigí al garaje, donde estaba la puerta principal. Caminé hacia la puerta y abrí.
- Hey- dije al hombre en la puerta. Tenía una camisa y sudaba. Vaya que sudaba.
- Buenas señor- dijo él. Entre las manos sostenía un lapicero y un montón de papeles -. Eeeh, mi nombre es César Cueto y soy cuñado del vigilante Manuel Cueto.
- Ah.
- Sí. Mire, como puede ver en estos documentos señor, su esposa de mi hermano está muy mal. Ha tenido un derrame y hay que operar y señor, mi hermano no tiene dinero. Mi hermano trabaja en su condominio desde hace casi cinco años pero sus ahorros no alcanzan. Así que estamos colectando cuanto quieran ofrecernos las personas del vecindario para costear la mitad de los gastos.
- Ajá.
- Sí. ¿Podría colaborar con nosotros, señor?
Lo miré un rato. Aquél hombre de verdad estaba sudando como un cochino. Seguramente había estado paseándose por toda la Avenida Primavera desde hacía un buen rato. Así que decidí pensarlo seriamente. Había más de un vigilante en el condominio y la verdad es que no recordaba cuál de todos era Manuel. Lo pensé una vez más y otra más por siacaso.
-No, lo siento- dije entonces -. Mis papás no están. Si puede venir mañana o pasado seguro que ellos le aportan.
- Oh. Eh, ¿pero no nos puede dar nada?
- Hmmm, no.
- ¿Pero por qué? Señor, esto es algo urgente. ¿Acaso usted no trabaja?
- No.
- ¿Sus padres no le dan propina?
- ¿Los suyos no se la dan a usted?
- ¡Oiga! ¡Esto no es para burlarse!
- César, no me tomes el pelo.
Y le cerré la puerta en la cara. Con lo sudado que andaba el ventarrón de la puerta seguro haría que le diera pulmonía. Jajajá. Entré una vez más, subí las escaleras y me senté. Mi vino estaba limpio, así que me lo bebí de un trago y traté de seguir escribiendo. Pero me di cuenta de que ya no estaba inspirado y los versos no fluían. De verdad que ya no fluían.
- Mierda- dije. Tomé un puñado de chocolates y puse la botella de vino bajo mi brazo. Me puse de pie y traté de pensar. De verdad no había nada qué hacer.
- Mierda.
Quizás podría ver una película. The Song Remains the Same me hacía ojitos desde una mesa cercana a la computadora. Miré el intercomunicador. María estaba en la cocina. María estaba abajo cocinando y yo tenía hambre. Oh nena. Caminé hacia el intercomunicador y llamé.
- ¿Eh, sí joven?- inquirió María desde el otro lado de la línea.
- Hey, María.
Jojojó.
Eeeeh. Eeeeh. Eeeeeeeeh.
Eh.

sábado, 22 de diciembre de 2007

página

cerdas de pelo de caballo destrozadas en atado
restregado contra placas de rojo escarlata
en arcos cada vez más estrambóticos
en confusión estrafalaria/ actuación rememorada
remasterizada y difusa, zappeada constantemente
derechos adquiridos por los cisnes de la industria
y continúa la actuación del mago en perenne difusión de fuego
se hunde su imagen sobre las líneas del negro formato como plomo
derretido sobre el horizonte/
un ángel o un avión
nos movemos como flotando entre tantos solos de guitarra
distorsión que se apodera de la conciencia metahumana
de la historia del arte
de esa poesía que raspa las arenas de la nueva indumentaria (yo las
---------llamo rocas)
con suficiente cuidado pueden escribirse
los nombres de los oráculos y exarcas
arcontes de la realidad nueva
citadinos de la paz melómana y melodramática que en este momento
atraviesan un mal viaje
más allá de las luces y el orgasmatrón inmisericorde
y se dan de bruces con la canción.

jueves, 20 de diciembre de 2007

la mujer pálida

piel pálida de perfección difusa
quema la nata en la tarde
y se encostra en un conjunto de plaquetas
naranjas
soberbia vicio y lujuria impertinente
que me llaman
a patadas destroza-tórax
a silbidos-garrotazos
de ténue música subterránea y artilugio obtuso petulante
cabalgata de los heraldos de la calavera
cantan-arrancan mis queridos hermanos sangre
más fácil sería ver un cuadro sinóptico Joyce-Bukowskiano
lamiendo en hipérbole desnuda infinita
las paredes de tus adentros
de piel pálida de precisión difusa/
sonrosada/
que decir
"toca-carcome los labios agrietados".

martes, 18 de diciembre de 2007

sobre la peste

peste, s. (del latín pestis, plaga, peste; de donde pestilente, pestífero; la misma raíz que perdo, destruir [PERDICIÓN]. ) Una plaga, pestilencia o enfermedad epidémica y mortífera; toda cosa nociva, maligna o destructiva; persona destructiva y maligna.

el alma
como las migajas de una galleta
partida en pedacitos
y arrojada en un hoyo profundo y verde
entonces ahí es que se desliza la peste
y es aquí donde muchos se preguntan qué es la peste
y qué ventajas tiene
sobre lo que queda del alma humana
y la respuesta es que muchas
basándonos en la descripción de sus avances
en su forma de llamar a la puerta, con sangre, con sudor/
con tripas y pasión
imperecedera
la peste que se apoya en el borde de la cama
que se cuela por la rendija de la puerta del baño
y se filtra en la taza amarillando el agua
mientras estamos leyendo el periódico/
o en cómo nos agarra en el acto con las manos
en las masas
o trabajando o almorzando/
cuando menos la quieres viene la peste
e infecta cada pequeña e insignificante alma
pero, ¿por qué viene? (es la peste, quizás, el resultado
de un mal gobierno
o de una mala relación sexual
o de una madre cuyo seno de ébano era incapaz
de darnos de lactar/
la televisión tal vez
mas esto realmente no tiene importancia)
y, ¿debemos temerle
o celebrarla? pues
entre tanta enfermedad y verde vacío infinito/
hermanos calavera/
empiezo a apreciar que
todavía tenemos un alma que perder

lunes, 17 de diciembre de 2007

sueño de verano

por la mañana me despertó
tu olor
en mi almohada.
la estuve babeando
toda la noche.

Saliendo del trance

La puerta del ascensor no abría así que Mangi y yo bajamos por las escaleras. Habíamos desayunado, habíamos lavado los platos y luego nos habíamos sentado a leer. Y luego habíamos decidido irnos pero como no sabíamos abrir la puerta del ascensor, bajamos por las escaleras. Un piso tras otro hasta llegar al primero, saludamos al vigilante, nos despedimos de él y estábamos en la calle.
- ¿Tú cruzas la calle?- me preguntó Mangi.
Debía cruzar la calle.
- Sí- dije.
- Porque yo pienso tomar un taxi, me da flojera caminar. Te puedo jalar a Comandante Espinar y te ahorras un par de cuadras.
Lo pensé un rato. En realidad era lo mismo, pero prefería pasar más tiempo acompañado.
- Sale.
Cruzamos la calle. Detuvimos un taxi. Nos subimos. En cuestión de segundos estuvimos lejos de Angamos.
- Mierda- dijo Mangi-. Creo que tú debías bajar más allá.
- Sí- dije yo-. Bueno, me bajo en la esquina.
Cuando el taxi llegó a la esquina, abrí la puerta. El taxi frenó y me bajé.
- Nos vemos Mangi.
- Chao Lion.

Ya estando solo en la calle, tomé un cigarrillo que guardaba en el bolsillo, uno de los Kent que nos había regalado el papá de Kemado la noche anterior. Lo encendí y caminé hacia Angamos, pensando. A menudo me gusta pensar, sobre todo mientras camino. Suelo hacer grandes descubrimientos. Hoy, por ejemplo, mientras caminaba, descubrí que el colegio San Silvestre (o algo que parece el colegio San Silvestre) está muy cerca de la casa de Kemado. En la puerta habían unas chicas que seguramente ya se habrían graduado, muy rubias y delgadas. Me gustaban. Me miraron. Pensé que quizás debía dejarme de chicas mayores y empezar a buscar escolares. Carajo, el sol estaba brillante, tenía un nuevo paquete de cigarros y toda mi vida por delante.

Cuando llegué a Angamos, vi una combi que me dejaría en la puerta de mi casa. Tiré la colilla del cigarro a la calle y estiré la mano. Decidí que cuando llegara a casa, me pondría a escribir. Hoy estaba de humor para escribir.

domingo, 9 de diciembre de 2007

solsticio de verano

diminutas hierbas y raíces negras crecen en torno a
un cuerpo
en aguas tintadas con tu líquido menstrual
cuevas marítimas repletas de glóbulos espesos y salados
que flotan hacia la superficie como pompas
de jabón, espuma o algún otro detergente suave
soldándose a las ramas que se han ido formando
y acariciadas por las hojas que las rodean en un raquítico abrazo
el árbol negro da manzanas secas y membrillos
si los tocaras Aintza
si con tus doradas perlas oradaras su piel de manteca te daría
un castillo en medio del pantano
una mano arrancada por la velocidad de los vidrios
una roca tan grande como la cabeza de un buey
o un hacha cubierta de guirnaldas violetas
para que hicieras con el tronco del viejo árbol de la carne
todo lo que tú quisieras.

jueves, 6 de diciembre de 2007

tos 2.0

edición del poema 'tos':

hubo un tiempo en que podía
respirar tranquilamente sin tener que soportar
la tos constante por las noches.
toso
toso
toso fuertemente
a veces pienso que no dejo
de toser.
mi familia piensa que es el frío y yo alego que es el condenado maní
me he atorado
sí.
vuelvo a casa
toso
pienso en mujeres
toso
toso con fuerza
a veces pienso que se me saldrán los putos pulmones
y es que toso realmente fuerte.
siento fluidos agridulces retozando en mi garganta, sazonando trozos
-------de alveolo y hasta de
cerebro
no hago más que toser
no estudio no vivo no salgo
solo toso
toso y bebo
toser y beber
joder.
me gusta pensar que algún día tendré que vomitar
será algo purificante, en cierto modo, como una forma de catarsis
o epifanía
cuando en lugar de empujar la bilis por donde vino esta me empujará
-------a mí
con una fuerza renovada
y saldrán bronquios alveolos y pulmones
y hasta un buen trozo de masa cerebral
y yo no toseré más
no pensaré más en beber ni en joder mujeres
otra vez.

martes, 4 de diciembre de 2007

Nerea Sandino. Bar Laratz, Vitoria-Gasteiz, España.

Urtzi de la Rosa solía tener excentricidades, especialmente en lo que respectaba a la música y a la literatura, pero yo diría que fue una específicamente (la de robar libros) la que lo marcó como poeta incendiario. Visceralista incendiario.

Éramos amigos del instituto, fuimos juntos a primer año de bachiller y teníamos bastante confianza. Hablábamos de mis novios, de sus novias, especialmente cuando andábamos borrachos. También hablábamos de las bandas que nos gustaban, y de vez en cuando él me hablaba de poesía. Debo decir, pese a lo cercanos que éramos, que Urtzi era un tipo algo intolerante, no sé, un radical bastante cerrado, que no estaba dispuesto a aceptar posturas distintas a las suyas, en ningún tópico fuera el que fuera. Fue por eso (en parte) que no le presenté nunca a mi novio. No me apetecía escuchar ninguno de sus comentarios despectivos (que si era pijo, que si bacala, que si emo). Joder, estoy haciendo que parezca que no lo aguantaba. Seguramente yo también tenía mis cosas. La verdad es que con todo y todo, nos llevábamos muy bien.

Yo me enteré del asunto de los libros cuando él ya llevaba un tiempo haciéndolo, un día en que unos amigos y yo habíamos quedado con él en el Irauli, que era el bar que él solía frecuentar. El Irauli es un antro al que suelen ir jóvenes disidentes. Punkies y nacionalistas vascos. Supongo que esa etiqueta le quedaba bastante bien. En fin, yo fui la primera en llegar ese día y lo encontré sentado en una mesa cercana a la barra. Estaba enfrascado en la lectura de un libro pequeño y le pregunté "¿Qué haces?" o algo así, y él me respondió, muy serio: "Leer, voy a ser poeta." Sin más, con mucha naturalidad. Por un momento pensé en reír, pero me di cuenta de que la escena no tenía nada de humorístico, así que simplemente le pedí que me dejara mirar lo que leía. Era un poemario en euskera llamado Bilbo Dub Kroniak (Crónicas Dub de Bilbao), de Paddy Rekalde, que es un poeta bilbaíno. Estuve ojeándolo un momento y entonces me di cuenta de que tenía la etiqueta de la biblioteca. Me le quedé mirando un rato y le pregunté a Urtzi si lo había robado.
"No," dijo él. "Lo he socializado."
No supe qué más decir, así que me limité a sonreír y negar con la cabeza. Al poco rato llegaron los demás, y no volvimos a tocar el tema.

sábado, 1 de diciembre de 2007

noche

orgasmo alicaído de la tierra
la mar
crece entre tus muslos un manzano y el rocío de sus hojas
acaricia tus pezones
--AAAlucinO
mar de manzanas como corazones
corazón amapola de carne
eres la luz en la suela de mis zapatos
AAAelectrodos que se frotan en la alfombra de mi entrada
como el cielo granate en las noches de invierno en Macedonia
Átropos teje nuevamente sus telares
seda como primavera castaña
-habría
----que
------empezar
----------a mirar
-------------entre los pliegues
-------------y
contar las arañas apareándose en la cara oscura de mi manta
sobre la cuál pretendo alimentarte
con la luz de mi delirio
-------------las hierbas de mi pasión/reflexión
crisantemos de acero germinando en la fresca superficie de un
./meteoro
-------------sediento
y en el centro del oásis de tu infinita carne
-------------embriagarme
----------------una vez más
-------------------------(de la hidromiel y)
---------------------de la partitura que nace entre tus labios
./entreabiertos.

viernes, 30 de noviembre de 2007

La Balada del Amante Perenne 2

Hace unas horas hoy mismo posteé un poema llamado "La Balada del Amante Perenne". Siento que el poema no logró expresar por entero aquello que yo quería expresar. No digo que sea un mal poema (tampoco me verán decir que es bueno), pero unas horas después escribí este otro, con el mismo título, y que honestamente, para mí dice mucho más. No borraré la primera Balada, pero dejo claro que esta es la verdadera Balada del Amante Perenne (miren lo solemne que me pongo con mis poemas xD):

Se trata de huir
siempre se ha tratado de huir
aún cuando viajé detrás de ti
no esperaba verte realmente
sino huir de tu recuerdo en cada ómnibus
en cada taza de café
en cada madre de familia
y su retoño.
Recuerdo que te dije en el teléfono
"Cuando esté ahí te voy a hacer el amor como a una puta de
----------Babilonia,"
y nos reímos a carcajadas como tontos
durante más de 10 minutos
y luego me hablaste de lo altos que eran los edificios por allá
de los museos que tenías que mostrarme
y de las rosas en el jardín de tu facultad.
Me hubiera gustado que fuese así siempre
o mejor aún, que nunca te hubieras ido
porque es una mierda todo esto.
Y ya en camino
sentado en el camión
me puse a pensar en esto y en todo ese asunto
de amar intensamente, de vivir en el delirio
y cuando ya caía la noche subió una señora
vendiendo caramelos y gomitas y se me acercó para pedirme que le
----------comprara.
"¿Cuanto cuesta señora?" "10 por 50 joven,"
y saqué 50 centavos del fondo de mi morral
y le compré sus caramelos y empezó a agradecerme
(pues era la única persona en el camión que le había comprado)
"No se equivoque señora," le dije entonces, entre lágrimas.
"Yo no soy una buena persona."
Y de nada sirve decir entonces
que es por ti que ahora ando vendiendo libretitas con poemas
lustrando botas y repartiendo botellas de agua en el parque
porque esto no era sobre verte (nunca lo fue)
sino sobre aprender a olvidarte, amor, a ti y a tu recuerdo
breve como un relámpago en la noche de primavera.

Para Mi Abuelo

Abuelo,
si mi padre viera que te dedico este poema
tendría que vender todos mis poemas anteriores
a fin de reunir 50 centavos
y así enfrentar a la adversidad armado con una bolsa de pan,
y no porque mi padre te odiara
abuelo,
después de todo eras su padre,
sino porque te has convertido en un tema que para él es mejor no
----------tocar.
Me acuerdo bien de ti, abuelo
gritándome por jugar con el teléfono
no tengo verdaderas pruebas, no me he atrevido a preguntar, creo
----------recordar
haber recibido de ti un buen bofetón
o quizás solo un pellizcón, por jugar con el teléfono
debo admitir que me dabas un poco de miedo, viejo severo.
Por supuesto, no me gustaba ir a tu casa
donde siempre estaba mi abuela quejándose del asma
mi tío V en la cocina hablando nerviosamente, un hombre adulto
escondiéndose de ti, abuelo
si que eras un viejo de temer.
Volviendo al tema de mi abuela y del honor de la familia,
te pasabas abuelo.
¿En qué estarías pensando? De hecho no en el porvenir universitario
de tus siete hijos, ni en los sacramentos de la Iglesia.
Yo pienso, abuelo, honestamente, aunque nunca lo he preguntado,
que tú eras ateo, tan ateo como yo.
No sé, a pesar de las inyecciones de aire,
cuando los purés y las menestras y los arroces no querían bajar por
----------sus gargantas
tus hijos te tenían cierto cariño, ¿verdad? Bueno,
E no, el mayor no. Ese siempre te dice "el monstruo"
cuando por alguna casualidad apareces en alguna conversación,
pero los otros sí, especialmente el hijo menor, especialmente mis tías,
y eso que una de ellas tenía razones para no hacerlo,
como mi padre.
Buenas razones,
razones de peso, abuelo.
Esas miradas lascivas hacia el cuerpo de tus nietas
como lenguas abrazando la madera
como la tinta de un molusco tiñendo de negro su pescera y a los
----------demás peces en ella.
Y los besos y abrazos un poco fuera de lugar,
te pasabas de viejo verde abuelo.
Y el hijo del medio, el de los ojos verdes, mi padre
ese ni te quiere ni te odia, creo
aún ahora su relación es la más compleja
¿cómo puede uno juzgar a su padre? Es difícil
aún cuando todo tu pasado te señale con un dedo y te amedrante
con una fusta que amenaza con lacerar la carne de tus nalgas y tus
----------muslos
abuelo, ¿qué puede hacer un hijo ante la afrenta de su padre?
Así que nada, a seguir visitándote
pese a las objeciones de mi madre (esa sí que no puede escuchar tu
----------nombre,
se pone roja como el diablo), qué quizás haría el sacrificio por mi
----------abuela
más que nada, y algo también por el pobre tío V
a ir a escuchar tus gritos y exabruptos
como si nada hubiera pasado
mandándote cariños que ni mi hermana ni mi hermano te hubieran
----------enviado de verdad.
Ah, abuelo, y a mí me tenían que llevar con ellos
yo que no supe la verdad hasta hace muy poco
a que me gritaras y amenazaras por jugar con tus pipas de arcilla
por intentar leer tus libros polvorientos y alzar de vez en cuando tu
----------teléfono
qué coraje abuelo, no te costaba tanto ser más gentil, ¿no?
Pero esperaste a que creciera
a que muriera mi abuela y no te quedara más que tu hijo amanerado
y una sordera incipiente
para empezar a guardarme revistitas y viejos diccionarios
y mostrarme una sonrisa sin dientes, con un hilillo de baba en la
----------comisura de tus viejos labios
y lograr conmoverme, y defenderte frente a otros
pero abuelo, yo tenía que enterarme,
fue una verdadera lástima
ya ni las revistas ni los diccionarios me impedirían odiarte
asentir cuando el tío E te llamara monstruo, dar la razón a mi madre
----------cuando enrojeciera,
y siempre tratando de entender a mi padre por seguir estando allí
para ti.
Y poco antes de que te murieras abuelo, afirmabas que mi abuela
----------había bajado del cielo para verte
y mi mamá decía que qué descaro
que después de todas las trastadas a la pobre ahora te fueras a poner
----------romántico,
viejo conchetumadre.
Pero ya pasó un montón de tiempo abuelo, y ahora eres un tema tabú
como te dije.
Aquí hay algunos que te extrañan, los que no saben todas esas cosas
que hiciste
o los que dicen que ya a los 40 y tantos años estabas senil
los que limpiaban los hilillos de baba de la comisura de tus labios
y claro, mi tío V, el pobre tío V
pero ya sin rencores abuelo, ya aprendí a perdonarte
después de todo, a mí no me hiciste nada grave, trataste de redimirte
con revistas de papel periódico y viejos diccionarios
pero trataste, y eso vale
además, ¿quién soy yo para juzgarte? Si ni siquiera mi padre
aún en lo más profundo de sus cansados ojos verdes, sabe realmente
----------como odiarte
¿cómo podré hacerlo yo, abuelo?
Algún día, abuelo P
algún día te tocará ajustar cuentas con las astillas suturando tus fríos labios
----------a tu boca
con los diplomas de Essan y los vestiditos de mi tía A
y será entonces abuelo, cuando al fin puedas saldar todas tus cuentas
y tú y yo no tengamos nada más que hablar.

Balada del Amante Perenne

Yo debo confesar que nunca creí en Dios, ni siquiera cuando iba a la
----------iglesia
en aquél entonces recuerdo que iba siempre con mi madre
y mi padre y mis hermanos se quedaban en la casa, estudiando,
----------trabajando o solo leyendo.
Nunca creí en Dios como Dios omnipotente, al menos, pensaba en él
----------como en un amigo o más bien solo un tipo más
con el que podía conversar y con el que podía meterme si me
----------causaba alguna trastada, se entiende, alguna clase de
----------desencanto.
Pero esa noche yo casi empecé a creer en Dios, me explico, a sentir
----------por él algún respeto
al menos por un momento, por unos cuantos segundos, no sé
quizás por un instante me sentí premiado. Claro que luego no dejé de
----------meterme con él,
de reirme de Dios y de paso hacerla reir a ella, que murmuraba que
----------mejor se sentaba en otro lado, no fuera a ser que luego la
----------fulminara un rayo.
Era una noche de primavera y ella apareció como un relámpago en
----------noviembre
pero sin nada de lluvia.
Y tenía su encanto verla al otro lado de la calle con una casaca de
----------gamuza o de piel
(disculpa, pero es que mi memoria no da para tanto)
era parda en todo caso, y llevaba también jeans y zapatos marrones
----------con hebilla. Pienso
que lo que más me llamó la atención de ella fue su pelo.
Era un pelo bonito, a veces me pongo a pensar, llego a sincerarme
----------conmigo mismo,
y pienso que aún no he visto un pelo más bonito
quizás sea una exageración, hermano, pero así pasa.
Así pasa cuando uno se enamora, exagera las cosas. Pero yo a estas
----------alturas procuro no idealizar a nadie, y me gusta pensar que
----------tal vez ya no estoy enamorado.
Puede causarte muchos problemas todo esto, te miran mal, el tipo
----------obsesivo,
el que no ha logrado superar un problema, al que le gusta recordar.
Es eso más que nada:
me gusta recordar.
Hubieron noches largas en que la vería arrancar la hierba y o tirar
----------despacio de los vellos de mi brazo
miraba más al pasto que a mi cara y siempre frunciendo los labios
----------como sin querer
pero pienso que en realidad siempre era queriendo, así que por eso la
----------besaba,
por eso y claro, porque la amaba, también.
¿Y qué hubiera hecho si no la hubiera conocido? No lo sé, ¿nunca lo
----------sabremos no? Esa pregunta ni vale la pena hacerla hombre.
La conocí y la amé y eventualmente ella se fue, pero yo no hubiera
----------´podido quedar tranquilo
no me hubiera dejado el corazón, no me hubieran dejado los
----------pulmones ni los dedos de mis manos
es fea la incertidumbre, una sensación desagradable
yo tenía que saber qué era lo que hubo entre nosotros
necesitaba una respuesta, más de una, una palabra, la verdad,
necesitaba verla y luego ya no importaba.
La cosa no podía acabar bien, claro, tampoco es que fuera 100%
----------seguro que terminaría mal, pero era lo más probable.
Como dicen, a llorar a Hollywood.
Las amenazas del novio, del rey del bosque, el llanto de ella, los
----------gritos, y bueno, mi propia voz
quizás un poco más suave de lo que yo hubiera querido
diciéndole al tipo "ok, ok, nos vemos," al otro lado del teléfono
cuando me dijo que ella no quería verme.
¿Y sabes? No me dolió demasiado, y no tanto porque la decepción
----------fuera mayor
sino porque más tarde, cuando ya había ido al norte para verla, ella
----------me pidió perdón.
Igual no me dejó verla, pero sentí que había hecho todo lo que pude
----------hacer
que ya había dado bastante y había probado todo aquello que tenía
----------que probar. Y viajar también ayudó, claro.
Me ayudó a olvidar, a pensar en otras cosas, a escribir
y quizás viajando y viajando por todos estos lugares, y tratando de
----------sacármela de la cabeza,
es que decubrí que yo no tenía nada que perdonarle, ni a ella ni a
----------nadie, ni siquiera a mí
descubrí que no me arrepentía de nada, que lo hubiera vuelto a hacer
----------todo,
que yo sabía que ella probablemente nunca se hubiera quedado
----------conmigo y sin embargo
con todo y todo, la historia lo justificaba todo. Creo que si me he
----------vuelto a enamorar, hermano,
pero para mí esta muchacha siempre tendrá algo de especial, ¿sabes?
Fueron tiempos para vivir, hombre, para vivir intensamente
y nosotros fuimos como un relámpago en la noche de primavera.

viernes, 23 de noviembre de 2007

las demandas del poeta

para continuar escribiendo necesito
un cuaderno más pequeño
una musa de piernas suaves
un nuevo descargador de música
un espejo más grande
y una buena erección.
en el valle de mi cerebro se cuecen habas y se reproducen
notas oscuras sobre placas cervicales
mientras en mis orificios se van pudriendo chaquetas y pelucas
abandonadas por viscosos hombrecillos
de colores
en un gesto de protesta, una exigencia
a la renal constitución del pueblo
que grita hipertensionado
y con una embolia recurrente en el torrente de sus ojos:
"¡Habas corpus! Habas corpus
ofideus cerebelis!"
y yo, contenido por un muro, un rompemuelles, un portaaviones
erigido a la medida de mis carencias/
pero siempre amparado por las suaves leyes de la Prohibición/
me río de ellos (onomatopeya de un rebuzno).

miércoles, 21 de noviembre de 2007

el maestro del arte de matar

el alma claroscura
desnuda, fresca, lozana
endulza, amarga, enfría, reflexiona
genuflexa ante un altar de llamas argentinas
salta en un pie, se enarbola y esquiva
las flechas, las sales, las armas y la hoguera
el alma claroscura, desnuda, fresca y lozana
poblada de espinas y corazas de enrojecido carey
amurallada por ensangrentados parachoques de fierro
entretejida con agujas calientes de alargadas cabezas penetrando en
----------el cuero
con premura y detenimiento pero sin detenerse realmente
como jugando, como queriendo
pero sin querer realmente
la ciencia de la moral, la ciencia del amanecer, la ciencia de la
----------ciencia, la ciencia
de los grandes árboles de los bosques de Arcadia
(Arcadia la griega)
quien doblara, quien pudiera, quien arrojara los velos de la tarde
sobre los ojos negros de pestañas claras de caras quebradas de
----------cabellos estirados de cabezas
calientes finamente alargadas a tironeos, a pedradas, a patadas, a
----------tiroteos
en la frontera de México y Ecuador
donde no hay ley, donde no hay ciencia, donde no hay alma
alma claroscura
alma que se desnuda y es pintada y arrancada y trabajada
pues está fresca y lozana y reflexiona genuflexa enarbolada
y encantada de la vida pero sin conocer los verdaderos prodigios del
----------arte que a estas alturas
ni siquiera el maestro ha llegado a comprender
porque el contrario de morir no es vivir, pequeño saltamontes/
sino matar.

poema de la pierna izquierda

hay quienes dicen que pueden escribir los versos
más tristes esta noche
yo, si me provoca, puedo escribir pura mierda
en esta noche o en la siguiente
como un burócrata indolente henchido de sangre y de coraje
y armado con una pluma y una estatua de cera
así podría elevar plegarias entre renglón y renglón a un Ave Fénix
----------mientras nos adentramos
con la velocidad de las cenizas
en la Era de Acuario.

martes, 20 de noviembre de 2007

Manuel Nobóa. Universidad Pública de Navarra, Pamplona, España.

A Nicolás Toro y Urtzi de la Rosa los unían muchas cosas, pero principalmente los unían el rock y la poesía. Claro, también tenían sus diferencias. Muchas veces cuando hablaban de música surgían discusiones fuertes. Nicolás hablaba siempre de la universalidad y la fuerza del rock and roll, y disfrutaba de variedades de este tan distintas como lo eran el metal y el britpop. Urtzi era algo más cerrado (se llamaba a sí mismo un purista, pero ahora, Nicolás hacía lo mismo). Para él el metal no estaba a la altura de otros géneros de rock y el britpop era una mariconada. A él le gustaba el stoner, y a Nicolás no le entusiasmaba demasiado. A ambos les gustaba el hard rock de los 70's, la invasión británica, la psicodelia y el grunge.

Una de sus discusiones preferidas era sobre si Black Sabbath era metal o no. Urtzi decía que Black Sabbath era hard rock y Nicolás que era heavy metal, tirando un poco para el doom (aunque decía que algunas canciones eran más fuertes o más suaves que otras). Otro de sus temas preferidos era Jim Morrison. Ambos adoraban a Jim Morrison, o quizás no tanto como que le adoraban, tenían otros ídolos claro está, como Robert Plant o Bob Dylan, Morrison era uno entre tantos grandes, pero era especial porque en él se encontraban el rock y la poesía. Jim Morrison era el primer poeta que Nicolás Toro y Urtzi de la Rosa empezaron a leer (aquí me tomo una licencia, no sé si llamarla poética, pero me tomo una licencia; no sé realmente cuál habrá sido el primer poeta que empezaron a leer, y probablemente no fue el mismo, pero supongo que entenderán de qué voy). O mejor dicho, el primer poeta que empezaron a escuchar. Ambos coincidían en que Jim Morrison era más un poeta que el vocalista de una banda de rock. Y hablaban de tonterías, de teorías estrambóticas que habrían leído en algún libro o en internet, sobre que Jim Morrison no había muerto en París, sino que había encontrado no sé qué pruebas sobre la obra perdida del poeta Rimbaud y la línea de sangre perdida del poeta Rimbaud en África, y que se había embarcado allí y no se había vuelto a saber nada de él, y no sé qué otras cosas más.

Pero volvamos a lo que iba en un principio. Por supuesto que tenían otras diferencias en lo que respecta a gustos. No sé. A Nicolás le gustaba la música clásica, por ejemplo. Urtzi decía que habían cosas buenas, y otras malísimas. Nicolás decía que esa era muy buena respuesta, pero igual solía decir que le gustaba la música clásica. A ambos les gustaba el jazz, y el blues, claro (Nicolás decía que era el género abuelo del rock and roll, y a veces llegaba a decir que le gustaba más que el mismo rock). A Nicolás le gustaban el tango y el flamenco. A Urtzi no. A Urtzi le gustaba el hardcore y Nicolás decía que a él no le podía gustar, porque no entendía una mierda. Urtzi sabía más sobre rock contemporáneo (y me refiero a buen rock contemporáneo) y culturizaba un poco en el tema a Nicolás. Ambos detestaban la música pop (donde incluían música que yo mismo encuentro detestable, como el emo y el reggaeton) y la música electrónica, y les desagradaba sobremanera el hip-hop y su cultura. Ah, otra diferencia que tenían én estos temas es que Nicolás llenaba su reproductor de música de rock clásico, y Urtzi lo llenaba de contemporáneo. Urtzi decía que el rock clásico era para escucharlo en casa, en discos de vinilo, cosa que a Nicolás le parecía una gilipollez, y a mí la verdad también, un poco.

Y bueno, en poesía (yo la verdad es que no sé mucho de literatura). Bully (como a veces le decíamos a Nicolás) leía un poco más a los poetas franceses, y Urtzi iba más por los estadounidenses, sobre todo los de la generación beat, Ginsberg, Corso y esos. Claro, todo lo que leía uno luego lo leía el otro y así, pero yo comento sobre lo que creo que eran sus preferencias. Y bueno, ambos estaban encantados con la poesía de vanguardia latinoamericana (Nicolás más que nada con lo que él llamaba la "buena poesía latinoamericana", que básicamente, era la de su país). Y en narrativa, ambos leían a los mismos escritores, Bukowski, Roberto Bolaño, Hemingway, Albert Camus. Tipos así. Ah, y Urtzi también leía un poco de ensayo, sobre todo político. Nicolás odiaba leer ensayos, aunque también tenía tendencias políticas fuertes. Urtzi era de izquierda, y muy nacionalista (nacionalista vasco, no español. Tenía una visión política que podía traerle problemas, y había más de uno que decía que hacía apología del terrorismo). Nicolás se consideraba a sí mismo anarquista utópico o algo por ahí. Ambos creían en la liberación de Euskadi y estaban muy orgullosos de la cultura vasca y su lengua, que Urtzi le había ido enseñando a Bully (claro, Nicolás era peruano, pero se suponía que su familia había llegado a Perú procedente del País Vasco y tal).

Joder, no sé. Bueno, no sé quién era mayor. Yo asumo que Bully era mayor, pero por lo que sé, ambos bien podrían haber tenido la misma edad. En todo caso, Nicolás era algo más alto. Nicolás era algo más alto y tenía el cabello largo y muy rizado y oscuro. Llevaba barba y nunca le vi usar otra cosa que no fueran botas (militares o setenteras) y vaqueros, y llevaba los dedos llenos de sortijas y anillos que le daban una apariencia más bien estrambótica (aunque seguro él pretendía que fuera más bien esotérica). A Urtzi se le veía algo más convencional, llevaba el cabello corto, aunque se dejaba las patillas bastante largas y una pequeña perilla, y usaba zapatillas. La verdad es que yo me descojonaba de risa con ambos, pero Nicolás era algo más sociable en su trato, al menos con los desconocidos. Digamos que era más diplomático. Urtzi en cambio no tenía problemas en ser abiertamente hosco. Eso sí, los dos eran de temperamento fuerte, por más que Bully fuera algo más paciente, y al menos en una ocasión vi a alguno irse a las manos con algún capullo en un pub.

Los tres pasábamos mucho tiempo juntos, para qué, pero no puedo decir que yo terminara sintiéndome parte de su grupo. No sé. Pese a todo lo que he dicho, a sus personalidades tan marcadas, a sus extravagancias o sus convencionalidades, había algo en ellos que no terminaba de descifrar. Era como si se guardaran algo solo para ellos, pero en el fondo sabía que no me ocultaban nada. Éramos amigos. Quizás tenía que ver con la droga. Alguna vez ambos hicieron de traficantes (no de narcos grandes ni nada de eso, vamos, pero de pequeños traficantes, vendiéndoles a amigos universitarios y eso). O quizás la cosa tiraba un poco más para los gustos musicales, para el rock and roll, para la literatura, para Jim Morrison perdido en el África buscando el último rastro de Arthur Rimbaud. Joder, quién sabe. Yo solo sé que pronto se acabó el verano y yo volví aquí para continuar con las clases, y ellos se quedaron allí en Gasteiz. Y punto.

domingo, 18 de noviembre de 2007

los ojos de la mente

Está el cráneo desnudo expuesto ante las miradas de un público irritado. Con la fuerza de las pasiones desatadas, 70 000 ojos mentales penetran en él, creándole fisuras tan profundas como las que podrían crear numerosos martillos al estrellarse simultáneamente sobre su superficie (aquí hay que abrir un paréntesis
para señalar que se trata de un cráneo especialmente resistente/
mas no irrompible/
dada la gran cantidad de fisuras que lo recorren)/
produciendo daño psíquico tanto como físico. Al verse víctima de tan contundente ataque por parte del público espectador, el dueño de este fisurado cráneo que minutos atrás brillara como un gigante blanco en medio de la galaxia negativa, decide escapar por entre los amurallados recovecos-pasillos, deslizándose entre sus pasadizos metálicos y páneles de madera, d'entre los cuáles habrá de recoger la mezcalina, los ácidos, los cáctus, el chocolate, la Arena Hash, las tarjetas amarillas, sus documentos personales, las viejas fotografías en las que aún podía lucir/
más que su amplia frente/
una voluminosa/
grasienta/
reluciente
e irreprochable
cabellera de patillas largas y copete rimbombante. Y ahí, entre los oscuros pasillos-recovecos, el dueño del cráneo fisurado habrá de tomar drogas
en defensa de su psique.

jueves, 15 de noviembre de 2007

The Sword

Mamá ganso escupe bolas de fuego al filo de la navaja, será un cisne de hierro que se traga sus plumas ensartadas en la espada de Damocles, engordando, cagando y vomitando suaves tortas de paté, pústulas de viento cortante y lobos que desplazan al invierno con el empuje de sus rabos suaves y sus patas como arietes. Tengo ante mí, señora, oh diosa, un plato de sopa que no ha de calentar.

sábado, 10 de noviembre de 2007

clase de poesía, a eso de las 4

La figura abstracta es un pañuelo sosteniendo aguas azuladas en un espacio de tiempo en el que la calle transversal se llena de fulanos como Sick Boy y Angel Eyes y Costello, formando circunferencias que luego rellenerán de aire (entonces serán esferas) y usarán para cazar a las moscas con precisión endiablada y fuerza
efímera/ intangible
/ translúcida,
mas verde, grumosa y peluda. Así es la fuerza del resorte de los dedos encorvados,
de los brazos del secuestrador siniestro y de las débiles rodillas flexionadas.
Un tiro de gracia a la altura del punto en que se encuentran las manecillas permitirá que se derramen la miel y las lujurias sobre la brea endurecida de la calle, filtrándose por el agujero de la tapa del desagüe.

jueves, 8 de noviembre de 2007

3: Amigos


Disco en Reproducción: Deep Purple in Rock [Edición de Aniversario] (Deep Purple)

Estoy lavando mi auto, pienso que es una buena costumbre. Y mientras lo hago escucho la edición de aniversario del Deep Purple in Rock. Esta versión incluye Black Night a parte de los siete tracks originales, además de una sesión de jammin simplemente genial. Nadie jammea como Deep Purple, claro que no.

Ahora mismo suena Child in Time, y los gritos de Gillan están por los cielos.

Paso el trapo mojado sobre el techo del auto, que está lleno de caca de pájaro. En el colegio, un profesor de literatura a quien guardo mucho cariño, decía que las palabras podían expresarlo todo sin lugar a dudas, que su poder descriptivo era simplemente infinito. Yo debo discrepar: no existen palabras para expresar el odio que siento por las palomas. Son las putas ratas del aire, y las hojas secas y el polvo de los árboles y el smog se quedan pegoteados con su caca y forman la resina natural más difícil de sacar que se haya visto nunca.

"Hey, Lalo."
Me vuelvo hacia la voz de Lorenzo.
"Hey Renzo, ¿qué tal?"
"Todo tranquilo. ¿Y ya ves? Estoy en hora," dice sonriendo. Hemos quedado para almorzar.
"Sí, supongo que sí," digo remojando el trapo. "¿Me ayudas con esto?"
Lorenzo ama los autos, incluso mi volkswagen. Siente por ellos algo así como instinto maternal, y a veces pienso que si no fuera porque la gente empezaría a mirarle con grave suspicacia, se detendría a acariciar capotes y mataperros.
"Sí, por qué no, ¿me pasas un trapo?"
Me agacho a recoger un valde para pasárselo. Lorenzo saca el trapo y entre los dos le damos a la faena.

"Creo que prefiero a David Coverdale que a Ian Gillan," dice Lorenzo empezando a pasar el trapo sobre las chapas de las llantas.
"No jodas," exclamo. "¿De verdad?"
"Sí, no hay nada como Burn."
Para mí Lorenzo acaba de blasfemar. Todos sabemos que Deep Purple no fue Deep Purple hasta que se formó la Mk II, y que no importa quienes estuvieran antes o entraran después: la voz de Deep Purple es Ian Gillan, sin más que decir. Y se lo digo.
"Yo sé que Gillan es un excelente vocalista, pero vamos... " dice tratando de ser conciliador. Pero no va a conseguir ser diplomático conmigo por mucho que lo intente.
"Ni cagando. Mira, Renzo, yo sé que Burn es una canción buenísima. A mí me encanta, la oigo un montón y realmente es una de esas canciones que me empilan. Pero Coverdale no es lo mismo que Gillan. Es un buen vocalista, pero Ian Gillan es uno de los mejores. ¿Escuchas esos agudos? ¿Esos gritos? David Coverdale no puede con eso, por no mencionar que le falta el carisma. Whitesnake nunca será Deep Purple, y si debemos hablar de carreras solistas, Gillan ha tenido un par de éxitos que le sacan ventaja."
Cambia la cara gordo.
"No, no, una cosa es que me trates de convencer de que Gillan es mejor vocalista que Coverdale y otra que me trates de enyucar que con su grupo solista se come a Whitesnake. Eso sí ni cagando Lalo."
"No digo nada que no esté fundamentado. Podemos revisarlo más tarde si quieres, estoy seguro de que lo he leído en alguna parte."
"Bah, mira, no importa, por último a mí me gusta más Coverdale, es cuestión de gustos."
Chasqueo la lengua.
"Bueno," digo vaciando uno de los baldes en el jardín, antes de tirar el trapo adentro. Lorenzo hace lo mismo con el suyo. "Sí, supongo que tienes razón. Pero la verdad la verdad, Ian Gillan es Ian Gillan."
Lorenzo asiente. "Sep."

Apago la música. Cierro la puerta del auto y ambos subimos a mi departamento. Hay un Billboard Británico que tengo que mostrarle al chancho este antes de ir a comer a ninguna parte.

el poema menos romántico

los fines de semana suelo comprar tres botellas de vino Selección Giol
cada botella vale 11 soles 20
y suelo consumirlas durante la semana
mientras escribo.
es vino dulce, como a mí me gusta
la verdad es que no encuentro razón para que un trago tan suave
sea amargo
esa noche viniste a mi casa
con la intención de bebernoslo todo (dos botellas, pues ya me había
---------------bebido una un par de días antes)
ahí estabas
en el portal de mi reja, a falta de una puerta
con tu falda hasta las pantorrillas y tus botas negras
como las mías.
entonces tomamos asiento en un rincón oscuro del jardín
y comenzamos a fumar y a beber
a beber a beber
que el mundo se va a caer.
te ríes.
fumas un pucho
se asoman tus pantorrillas por debajo de la falda
se acaba mi fiel selección
pero cuando uno llega a estas alturas
ya no piensa realmente en lo que bebe.
"¿es gato negro?"
"no, facundo."
glup glup
más pantorrillas entre la falda que se contrae
y las botas sobre tus pies (a mí también me gusta usar botas).
toco la piel de tu pierna suave
y te digo o te dije que debo ir al baño
pero soy flojo, así que orino al otro lado del jardín, sin avisar
te asomas, retrocedes de un salto ante mi exclamación
"EEEEH"
pediste perdón, pero no te oí
tenía miedo de que me vieras el pene
empequeñecido en el aire frío de la noche
más adelante, tan ebrios como ya estábamos
habríamos de tomarnos turnos para orinar en el rincón oscuro del
---------------jardín
me hubiera gustado asomarme
desquitarme
¿pero qué es lo que hubiera podido ver?
¿a una chica bonita con las rodillas flexionadas
con la falda levantada y en acto impune
entre las tinieblas que no llega a iluminar el claro de luna?
te acompañó a casa un rato después
y a la hora de dormir
me acuesto boca arriba.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

2: Pertenencias


Disco en Reproducción: Ninguno

Alquilo un departamento minúsculo en Monterrico, arriba de una bodega. Estaciono el carro, apago la radio y luego el motor. Son casi las seis de la tarde, en un rato va a oscurecer.

Saludo a Chino al pasar frente a la bodega.
"¿Qué tal, Chino?"
Chino es el dueño de la bodega.
"Todo bien Lalillo. ¿Llevas algo?"
"No gracias, timador."
Chino ríe y yo también. Es un buen tipo. Y bueno, subo al cuarto piso, abro la puerta, entro y al fin, hogar dulce hogar. Realmente nada como llegar a casa luego de trabajar. No puedo entender a la gente que le gusta trabajar, no sé lidiar con ellos, pienso que algo no debe estar funcionando como debería en sus mentes.

¿Qué hay dentro del depa? No mucho. En la cocina: cocina, microondas, mesa, radio, refrigeradora pequeña. En mi cuarto: cama, computadora, mesa de noche. El baño está afuera, en el pasillo. ¿Televisión? Jódanse, consumistas de mierda.

Una de las primeras cosas que hago cuando llego a casa es poner música, incluso antes de prepararme la comida. No me malinterpreten, valoro mucho el silencio, más que la persona promedio, pero hay momentos para la paz y la quietud y hay momentos para el buen rock and roll, y en mis momentos de libertad, si es en el volkswagen o en el departamento, le doy prioridad a la música.

Entro a mi cuarto y enciendo la computadora. Abro la lista de reproducción y dejo corriendo uno de los buenos.

Nuevo Disco en Reproducción: Love at First Sting (Scorpions)

Love at First Sting, un verdadero clásico, y solo un poco del buen hard rock alemán de los 80's. Ya siento volver mis energías, sí que sí. Subo el volumen lo suficiente como para que se oiga en todo el departamento (que no es precisamente una proeza) sin molestar a los vecinos. No es cuestión de molestar a nadie. Camino a la cocina moviendo la cabeza enérgicamente, abro la refri y saco queso y jamón y una Pilsen. La bolsa de pan ya está sobre la mesa y tras dejarme caer en una silla, comienzo a prepararme tres sanguches. Me cago de hambre. Y porque no admitirlo, también tengo algo de sueño.

martes, 6 de noviembre de 2007

1: Fuentes de ingresos


Disco en Reproducción: Heavy Metal Thunder (Saxon)

Pongo el disco y enciendo el motor. Me gusta Saxon, me gusta mucho. Tuve una discusión hace un par de días con Lorenzo sobre este disco en particular. Según Lorenzo, Heavy Metal Thunder es un disco en vivo. Según yo (y el rock es un tema en el que no suelo equivocarme), es un álbum recopilatorio. No terminamos con la discusión porque yo tuve que irme a dictar clase, pero sino, hubiera insistido en mi punto. Solo una que otra canción del Heavy Metal Thunder es en vivo, y ni siquiera son canciones de un mismo concierto.

Ahora mismo también salgo de haber estado dictando clases. ¿Qué clase de clases doy? De inglés y de francés, a 35 soles la hora. También doy clases de historia y de lengua a quien tenga un nivel de estudio lo suficientemente bajo como para requerirlas y tengo algunos alumnos de primaria a quienes enseño matemáticas (que no son mi fuerte y no me siento capacitado para enseñarlas a nadie por encima de los 12 años), pero solo las de idiomas son realmente rentables para mí. Durante la semana, doy aproximadamente veinte clases de una hora y unas diez de dos. Si 35 soles son casi 12 dólares, eso podría traducirse en poco menos de 480 dólares a la semana, que son unos 1920 dólares al mes. La demanda no baja en el verano, especialmente en lo que respecta al francés: todo lo contrario, sube. Hay que aceptarlo, soy más barato que la Alianza Francesa.

Hay quienes se sorprenden de que un profesor particular, especialmente uno de idiomas, gane una suma tan elevada sin tener realmente otras fuentes de ingresos, así que es normal que me pregunten cómo es posible. Y bien, es posible porque soy un joven blanco, educado y no feo del todo. Las madres de mis alumnos son leales y siempre pasan el dato entre sus conocidos, así que podría decir que dependo casi por entero del factor boca a boca. Mis primeros alumnos eran conocidos, hermanos o hermanas de viejos amigos, parientes, eso. Pero no me provoca hablar de chamba, jódanse. Ahora me dirijo a mi casa para comer.

viernes, 2 de noviembre de 2007

jueves, 1 de noviembre de 2007

31 de octubre

gira la vida en torno al sol rojo
que habría de haber impedido el nacimiento del hijo del carpintero
2000 años antes
(la facultad de hacer milagros está íntimamente ligada a la radiación
----------- de un astro blanco o amarillo)
antes de que la Tierra se hubiera
bañado de cobre
que recorre sus caminos como un alma
escapando de la magnífica imagen de un ojete desgarrado
por la psicosis, la inhumanidad, la aberrante abstinencia
sepan que una cabeza tiene tantas necesidades
como las tiene una cría de foca
o las podría tener un viejo elefante de 99 años
con su bastón de madera
la manta a rayas tejida en uranio sobre la incipiente
joroba
y los anteojos reflejando en cada diminuto quiebre del cristal
la mortecina luz carmesí
de la televisión
así de necesidades tiene una cabeza huérfana
como la calavera de un viejo jinete
descabezado por una bala de cañón.

martes, 30 de octubre de 2007

las cosas empiezan a ponerse color de hormiga

arrastro los pies sobre la calle como el aderezo/ y la cebolla cortada
sobre la sartén
en las calles cerca de mi casa no hay ley
y en cambio por donde viven los niños del puente
reina la ley del gato que gira y gira queriendo agarrarse
la cola
un ouroboros felino
para una situación que empieza a ponerse peliaguda.

lunes, 29 de octubre de 2007

Francisco del Riego. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú

Voy a contarle una historia. De esto ya hace un huevo de tiempo, pero me acuerdo bien. Por ese entonces yo estaría en cuarto, quinto ciclo, ya acabando el semestre. Este tipo era cachimbo, un chico más o menos alto, desgarbado, con una mata de pelo ruloso y una barba feísima, roja. De buena gana se le hubiera prestado una cuchilla de afeitar, porque con esa pinta el chico era todo un vagabundo. En fin, yo la verdad es que estaba ahí por pura casualidad, porque no soy de fumar hierba. Pero bueno, ahí estaba (aquí en realidad), en la universidad, por el campus de Letras y Humanidades, echado con mis amigos en el jardín y alguien sugirió llamar a este dealer que le habían recomendado. Todos atracamos, la verdad es que el día que tenía por delante se prestaba para un wirito. No ibamos a fumar dentro de la universidad, claro. Bueno, lo llamamos y nos dijo que no había problema, que ahí mismo nos llevaba la hierba. Yo pensé que un dealer bien bruto tenía que ser el cachimbo este, para andar repartiendo dentro de la Cato, donde cualquiera podía denunciarlo con el rector o lo que fuera. Al rato se apareció y nos saludó a todos, uno por uno. De que tenía mal aspecto, lo tenía, pero no podía decirse que fuera maleducado.
Y bueno, la cosa es que uno de nosotros pensaba como yo. Que el cachimbo este no era muy vivo por el asunto de la repartición dentro del campus, y se lo dijo, no de muy buena manera.
"Aún más," le dijo. "Le voy a decir al rector solamente para que aprendas."
Era Jaime, un chico que luego se pasó a la de Lima. Bueno, Jaime era el más pastrulo de nosotros, el que más consumía hierba, y a otras cosas seguro que también le entraba. Así que seguramente él ya andaba drogado o en qué estaría pensando. Nosotros tratamos de calmar el ambiente, persuadir a Jaime de que no jodiera, que nos dejara fumar en paz.
"Oye Jaime, dejate de huevadas imbécil," le dijo alguien. "Deja que el chico se vaya tranquilo."
Pero tarde. Tarde la cosa, porque cuando Jaime se paró a dar unas palmaditas cachosamente al cachimbo, este sacó un cuchillo. No sé en qué momento lo sacó, no me acuerdo tanto tampoco, pero había sacado un cuchillo y se lo puso en el cuello a Jaime, y ahí todos nos quedamos callados. Entonces el dealer este de pacotilla se empezó a reir. A reir en la cara de todos nosotros, del puto maricón de Jaime que por poco se había meado, y de todos nosotros, como si fueramos menos por haber tratado de amenazarlo, por haber guardado silencio. Entonces simplemente se guardó el cuchillo y dijo "Disfruten," o algo así. Y luego se fue, sin más. No hablamos más del asunto, y la verdad es que yo no fumé esa hierba tranquilo.

A los pocos días se acabó el ciclo, y claro, ninguno de nosotros lo volvió a llamar. Tan cojudos no eramos tampoco.

viernes, 26 de octubre de 2007

oda a Sonora

a Lion Chinaski le dispararon en la frontera con México. Él si sabe
lo que es el dolor
vagar arrastrándose cual cascabel en una cola
para terminar apretujado en los pliegues de un sillón
teniendo entre manos un libro de Felisberto Hernández
y en mi tierra al sur de la Tierra resonando la voz de los que dicen
"la compra de 40 000 laptops no va a incidir en la mejora de la
----------educación peruana"
pero, ¿seguramente mejorarían las cosas?
tendría que seguir acariciando mi mentón con la tierra
y saborear el agua que derraman las rojas tunas, los arándonos
las deliciosas pitufresas
para averiguarlo.
yo soy Lion Chinaski y sé lo que es el dolor
sé lo que es ir cuesta abajo hasta llegar al norte
dar media vuelta y enredar las piernas en un alambre de púas
para echar a correr, correr como una liebre
y esparcir mi toxoplasmosis indolente entre los animales del desierto
----------y de sus dueños
los animales de la granja
y pensando que tal vez si metiéramos todos una moneda más en la
----------rockola
podríamos pegar de alaridos al son de la canción.

lunes, 22 de octubre de 2007

el duelo del ronin Heihachi y el bandido Makoto Gorobei

Heihachi desenfunda la larga espada
la sangre recorre los vasos capilares de sus ojos
de las aletas de su nariz
y de sus manos que se retuercen alrededor de la tsuba.
mira a los ojos del adversario
del guerrero Gorobei
¿bastará la gloria de la batalla
y la sangre en la hoja de la espada ajena?
se entrecruzan las miradas
ambos bushi preparan la ofrenda que clama la tierra
la épica de la batalla terminará en haikus
y volverá el río a su cauce.
la técnica del guerrero Gorobei
cortaría la garganta de Heihachi
y penetraría raudamente su corazón/
Heihachi no tiene más técnica
que abrir el estómago de Makoto Gorobei en canal.

domingo, 21 de octubre de 2007

Camila Rodríguez. Irish Pub de Murphy, Lima, Perú.

La primera vez que vi a Nicolás Toro fue en el taller de poesía de la Universidad Católica, hará un par de años. Por entonces él tendría unos 19, 20 años. Yo tenía 18.

Habían chicos más guapos, pero desde el primer día él me pareció el más interesante. No me pregunten por qué. No habló mucho en esa clase, dijeron su nombre completo (Alonso Nicolás Toro de Agraz, un nombre de lo más pintoresco) y él dijo que no se llamaba Alonso, que seguro era un error de impresión. La siguiente clase me diría que sí se llamaba Alonso, pero que toda la vida le habían dicho Nicolás y no estaba acostumbrado a usar su primer nombre.

Pero bueno, en ese mismo primer día cada uno de los asistentes dijo un poco de sí mismo. Él dijo que siempre había escrito relatos y cuentos cortos, pero que había empezado a hacer poesía hacía relativamente poco, y que su principal influencia era Bukowski. Yo la verdad es que no había leído nada de Bukowski. En fin. Solía abordarlo antes o quizás después de clases, y muchas veces él estaría algo cansado. Siempre hablaba de leer mis poemas, pero estos no eran demasiado buenos. Los suyos eran bastante mejores, la verdad. Sí, un día los leyó en el taller y en ese momento pensé que ninguno de nosotros escribía tan bien como él, o al menos que ninguno de nosotros decía las mismas cosas que él decía en sus poemas. Al maestro Luis Chueca, el jefe del taller, creo que no le parecían la gran cosa y con el tiempo me di cuenta de que sí, quizás no lo eran, pero él los hacía sonar bien.

No me enteré del grupo que había fundado Nicolás hasta bastante tiempo después. A la tercera o cuarta semana del taller. Había un chico que se llamaba Álvaro o Andrés que era amigo de Nicolás de cuando habían estado en el colegio (sus amigos del colegio le solían llamar Bully o Bully Chinaski, por su apellido). Un día después de que Nicolás leyera uno de sus poemas, Álvaro me contó que este había estado viajando varios meses por el extranjero. No sé a qué venía, supongo que se habría dado cuenta de que me llamaba la atención, aunque en ningún momento fui muy obvia, creo. En fin, dijo que Nicolás Toro se había pasado casi seis meses ahorrando para comprar un pasaje para ir a Estados Unidos y ver a su amor perdido o algo así. Nadie sabía que había pasado en ese viaje, pero Nicolás nunca vio a la chica. Dicen que se paseó por media costa este, por México, ¿y por Islandia? Ya no sé. También me dijo que se había tatuado el nombre de la chica, en carácteres vikingos. Luego se echó a reir, como si me estuviera tomando el pelo, y Nicolás que ya se había sentado sonreía y se encogía de hombros, pero luego le pedí que me mostrara su hombro y sí, tenía un tatuaje escrito en letras bastante raras, así que no supe qué pensar. Le pregunté por la chica y dijo que no quería hablar de eso. Luego Álvaro dijo que a su regreso Nicolás fundó el visceralismo incendiario, pero Nicolás lo corrigió, dijo que él había fundado el visceralismo incendiario antes de viajar, por internet, con un amigo español (él dijo vasco). Yo pregunté qué era el visceralismo incendiario y ellos me miraron como si fuera un bicho raro.
"Es un movimiento poético," respondió Nicolás, como quitándole importancia. Pero yo sé que en el fondo él quería hablar de eso, porque luego me lo explicó bien. La verdad es que viendolo ahora, no tenía nada de original, pero yo era un poco inmadura, me dejaba sorprender fácilmente (por ejemplo, cuando me dijo que él no era ni de derecha ni de izquierda, sino anarquista, también me sorprendió) y no sabía demasiado de movimientos poéticos pasados, así que oir hablar de un grupo de poetas jóvenes que querían vomitar sobre la alfombra persa de la literatura me pareció algo idílico y casi admirable. Nicolás me preguntó si quería unirme. Yo pregunté quiénes eran miembros. Él me dijo que del taller, solamente Fiorella, Piero (otro de su colegio) y Diana (ese día recuerdo que Diana no estaba, Fiorella estaba sentada con nosotros y Piero estaba por ahí sentado, conversando con otro chico que no recuerdo bien). De ellos tres la que mejor me caía era Fiorella, pero Diana era la que mejor escribía. Bueno, me estoy yendo por las ramas. En fin, sin haberles mostrado siquiera mis poemas, yo ya era parte de los visceralistas incendiarios. A veces pienso que no le importaba en absoluto la calidad, sino la cantidad de poetas en sus filas.

Y bueno, no nos reunimos muchas veces, si he de ser sincera. Un par de veces, quizás un poco más, no recuerdo. Fuimos a chupar, a beber alcohol digo, a algún café, nos reunimos en casa de Fiorella que vivía sola, e hicimos un almuerzo en casa de Piero, que quedaba en Villa, BASTANTE lejos del resto de nosotros, pero era una casa con un jardín inmenso y donde pudimos beber y comer, escuchar rock clásico y hablar de poesía hasta cansarnos. Sí, habían más visceralistas incendiarios, te puedo dar nombres: Horacio Guerra, Helena de la Torre, Romina Duarte, Miquel González, Fernando Cottle, Francisco León (le decíamos Pancho, así que imagino que se llamaba Francisco), Luz Esperanza Iñárritu, María Graña, Laura Falcón, Manuel Carranza, Alejandro Benavides y bueno, Nicolás Toro claro, los tres que ya mencioné, que son Fiorella Rodríguez, Piero Rota y Diana McArthur, y yo. Muchos eran gente del taller que se unió después.

Bueno, luego de eso la cosa no duró mucho. Fue un año o algo así. Nicolás era amigo de un tal Carlos Contreras. Este ya había terminado la carrera de derecho en otra universidad de Lima, pero pertenecía a una agrupación poética similar al visceralismo incendiario (aunque de poetas más viejos) llamada Ataque. Contreras ayudó mucho con lo que era recitales y artículos en revistas de literatura underground en las que finalmente todos nosotros (o la mayoría de nosotros) publicamos, hasta los que peor escribíamos (me incluyo). Entonces, en un momento dado, Nicolás dijo que se iba de viaje. Supongo que peleó con sus padres o algo así; sus notas no eran muy buenas. Siguió yendo a la universidad, pero creo que ya no estudiaba realmente. Al final, un día nos reunimos en uno de esos bares a los que solíamos ir, estabamos Horacio Guerra, Helena de la Torre, Diana, Fiorella, María Graña y Nicolás, que las últimas semanas había estado más bien ausente. Nos dijo que se iba a España. Que había estado trabajando, averiguando no sé qué cosas, y hablando con su amigo vasco, el que según Nicolás, era el cofundador del visceralismo incendiario. Un tal Urtzi de la Rosa. Dijo que se encontraría con Urtzi en España, en Vitoria creo. María le dijo que estaba loco. Él, definitivamente, no tenía dinero. Le dijo que eso estaba arreglado. Ahorraría unos meses más, y luego se iría en barco. Primero, quizás, pasaría por África. María se rió, y creo que Diana y quizás yo también nos reimos. Los demás... creo que sabían que hablaba en serio. Hicimos una última reunión en casa de Piero la semana siguiente, como despedida. La cosa se puso fea en un momento, porque María (que creo que también sentía algo por Nicolás) le dijo que estaba loco, que estaba cagando su futuro y que se estaba portando como un idiota. Yo en el momento sentí que no había conocido nunca a nadie como Nicolás Toro. María se fue por ahí con Piero, que trató de animarla, y los demás seguimos bebiendo. En un momento dado, Nicolás desapareció.

Antes que viajara lo llamé por teléfono. Le dije que sin él el visceralismo incendiario estaba muerto. Entonces se rió. Se rió y me dijo, "Cami, si no me voy el visceralismo incendiario estará muerto."

sábado, 20 de octubre de 2007

Ehud Maklef. Union Park, Manhattan, Nueva York.

La verdad es que no esperaba volver a ver a Nicolás Toro (al menos no tan pronto). La primera vez que lo vi fue hace algo menos de un año, en el Union Park. Era un martes o un jueves. Un día movido, pero de venta regular por el calor. No recuerdo cómo pero empezó a hablar con nosotros, supongo que nos habrá escuchado hablar castellano. La cosa es que se quedó con nosotros, hablando o más que nada escuchando. Se le veía un pibe bastante tranquilo, con pelo bien grande y una barba bastante crecida. Nos había dicho que era escritor. Nos sentamos junto a mis pinturas y yo le ofrecí un cigarrillo. Mientras fumábamos me pasó un par de poemas y un relato en su cuaderno. No estaban mal, uno de los poemas era medio picante, medio erótico, algo simpático. El relato era ingenioso, me hizo reir. No era malo para nada. Al final de la tarde yo y Mikha hablamos de ir a un pub mexicano, no muy lejos del parque. Mikha era amigo mío de hace años, de cuando viví en Israel. Con él hablaba en hebreo, así que Nicolás no se enteraba de nada de lo que hablábamos. Le dije para llevarlo, y él me preguntó por qué. La verdad es que lo pensé un poco. Le dije que la verdad, me recordaba un poco a mí mismo, unos cuantos años antes. Algo en él me decía que se sentía un poco perdido. En fin, estuvimos ahí, coqueteamos con las chicas, bebimos unos margaritas (nadie pareció notar que Nico no llegaba a los 21), habían un par de lloronas en la mesa de al lado, comimos fajitas, estuvo todo agradable. Luego dejamos a Nicolás en su hostal. Se suponía que era su última noche en Nueva York, le hubiera ofrecido que se quedara en mi departamento pero bueno, vos sabés como son estas cosas. Le dejé mi correo y nos despedimos. Y bueno, un par de días después (ahora sé que lo conocí el martes, porque los miércoles no trabajamos, pero los viernes sí) me lo volví a encontrar. Otra vez estuvo con nosotros. Sí, sí, no la haré mucho más larga. Nos contó que se había animado a quedarse un par de días más en la ciudad, que el día anterior había estado con Savanah, una señora de color que se pasea por aquí (y que realmente puede llegar a ser muy molesta, con perdón), y que lo había llevado a Barnes & Nobles. Había llegado a la conclusión de que Nueva York aún tenía más que ofrecer. A mí la verdad me pareció muy bien, me dio gusto. Es una gran ciudad, como le dije, cuando uno está en Nueva York siente que está donde suceden las cosas. Eso sí, todos le sugerimos que saliera de Union Square, que había más que ver en Manhattan, pero él ni caso, dividía su tiempo entre el parque y la librería. En fin, esa noche se suponía que Nicolás dormiría en el parque. Pero bueno, en la noche llovió, la tormenta se puso bien fuerte, y ya había un poco más de confianza (incluso fumamos algo de hierba en mi furgoneta, pero la verdad, no me pareció que él hubiera fumado bien, porque la droga no le hizo nada), así que le ofrecí alojarlo en mi departamento, le dije "hey, Nico, si querés podés dormir en el depa, esta noche Mikha se queda a cuidar las cosas y hay espacio." Él aceptó encantado. En fin. Nos quedamos un rato más en el parque debajo de una sombrilla, hablando Nicolás, una chica rusa, Yelena (la chica del pueblo le decíamos, je) y Pierre (francés), su novio del momento, y yo. Luego bajamos al metro, Nico y yo por nuestra ruta hasta Jersey City y Pierre y Yelena por la suya. Bueno, al día siguiente Nicolás estuvo dando vueltas entre el parque y Barnes & Nobles, hablando con Yelena, en general dando vueltas. No lo vi mucho. Al final se quedó hablando con una hippie que estaba matando a una pobre armónica. Yo quería matarla, pero al parecer el Nico tenía otros planes para ella. Se perdieron juntos, y después de eso ya no lo volví a ver.

Me enteré después que Nicolás había regresado a buscarnos, para despedirse, pero no nos había encontrado. Algunos días después me lo encontré en el Messenger, él ya estaba en Florida, en casa de unos tíos. Hablamos bastante en el tiempo que estuvo por ahí, por las noches. Me contó por qué había venido a los Estados Unidos realmente, buscando a una mina. Yo le dije que había tenido valor. Y bueno, seguimos hablando, incluso después de que volvió a Perú, pero ya no mucho. Y como dije al principio, no esperaba volver a verlo por aquí. Incluso me fui de Nueva York, viajé a Uruguay, a Brasil. Luego volví a trabajar. Y bueno, un día se apareció aquí, junto a mi puesto. Más pelucón que la última vez, aunque con algo menos de barba, y no estaba solo. Esta vez venía con un amigo suyo, un español más o menos de su edad llamado Urtzi de la Rosa. Nos lo presentó, nos dijo que también era escritor. Y bueno, hablamos un rato, dijeron que pensaban quedarse un buen tiempo en Nueva York. Yo les dije que me parecía genial. Me preguntó si sabía de alguien que pudiera darles trabajo. Les dije que trataría de averiguar, pero que la verdad es que no tenía idea. Dijeron que no importaba, me agradecieron y entonces nos despedimos. Nicolás me dijo que estarían pasándose por aquí, que de momento se irían a McDonalds a desayunar y luego se darían una vuelta por Barnes & Nobles, pero que definitivamente se pasarían por aquí de nuevo.

Y bueno, así es como va la cosa. De eso ha pasado casi un mes, y casi todos los sábados Nicolás Toro y Urtzi de la Rosa se pasan por aquí. Alguna vez se pasan por McDonalds, luego entran a Barnes & Nobles. La verdad es que no sé, pero yo la verdad lo noté a Nicolás algo cambiado desde esa última vez que nos vimos. No, no, qué va, la hippie esa no tiene nada que ver, de eso estoy seguro, a lo más habrá sido un polvo. Esto es solo algo que veo en él y en Urtzi de la Rosa, algo que el Nico no tenía la primera vez que estuvo en Nueva York y que la verdad que no me provoca averiguar qué es.

yo quería leer en el baño

trato de usar el baño
pero mi padre ha entrado antes
"voy a echar una pilita," dice, quitándome toda intención que pudiera
-------------haber tenido
de sentarme en el wáter a leer.
el olor se esparce por el baño
y medito sobre lo intolerable que resulta
pensar que con los años todos los hombres empezamos a oler
(unos más que otros, claro).
he decidido leer en mi cuarto
echado en mi cama, pensando
pensando qué tan al fondo de una fosa podría vivir un hombre
y seguir siendo un hombre
y no un cadáver.

jueves, 18 de octubre de 2007

hombre ola

he preparado mi venganza (he empezado a lustrar mis botas)
durante años, como un viejo samurai
he regalado la guitarra (la lluvia tiene cabello largo y moreno)
tomo un cuadernillo y garabateo cuatro versos fumando un cigarrillo
--------------------------------------------------------------------------- -/negro
se retuerce en mis pulmones la iguana índigo
el dije de la paz descansa sobre mesita. Ya ha tocado madera
encuadro mis dedos sobre aquella piedra (lo quieres de nuevo)
busquemos a los poetas perdidos del sur
a esos que descansan bajo los arrabales y los cartones
mojados por la lluvia (por las gotas de quien se sacude un pene
-----------------------------------------------------------------/inmisericorde)
en la fría noche de cuchillos
así preparo mi venganza contra el viento, la marea
la lluvia.

quien guste de tu espalda nena

es como quien aprende a tocar el blues de la penitenciaría
con una guitarra de una sola cuerda.
durante la semana le habría de sacar brillo a la madera
con un trapo de seda bastante fino
y una lata celeste de betún blanco guardada en una caja enorme,
el requisito de todo lustrabotas que se respete.
más tarde, sentado en su banco iría desarrollando la destreza
de 4 dedos arrastrándose horizontalmente entre 19 trastes
imaginando que va presionando entre tus vértebras,
que en realidad va contando el espacio
entre tus pecas y lunares
queriendo tocar sobre tu espalda el blues de la penitenciaría.

miércoles, 17 de octubre de 2007

manifiesto visceralista incendiario

- este es el poema de la miel azul que se derrama de la cornucopia.
- Sócrates pasará a la historia como el filósofo más ignorante de la antigüedad.
- la Cabra me enseñó los poemas de parejas masturbatorias y largos inviernos y me mostró la envidia que me daban los escritores malditos, siempre bebiendo sus cervezas y muriendo de cáncer.
- la vida nos impone el amor joven para luego cortarlo, empaquetarlo y mandarlo a prepararse para el amor viejo y socialmente aceptable de la música pop. si te decides a perseguirlo puedes vivir cosas que no esperabas ver y que se saldrán de los márgenes de lo planificado.
- esto podría ser bueno.
- podrías terminar en Barnes&Nobles, leyendo a Whitman, a Bolaño, a Bukowski, a Celine, a Borges, a Li Po y a Tu Fu, a Eielson, poemas de Hora Zero y el infrarrealismo, haikus japoneses, a Harry Potter y toneladas de novelas gráficas y enciclopedias de superhéroes y libros esotéricos como los que en Lima solo podías encontrar en librerías de segunda mano.
- el amor joven cortado, empaquetado y exiliado al norte puede hacer dos cosas por ti:
a) liberarte.
b) convertirte en un poeta, y en ese caso, Odín te libre, nunca tendrás amor viejo. eres una estrella de rock del inframundo de la lectura, de la realidad parduzca que se va formando debajo de la mente y en el interior de las orejas.
- hemos empezado a ver lo que todo el mundo dice pero que, al final, nadie parece comprender a cabalidad/nadie parece hacer nada/probablemente nosotros tampoco hagamos nada/pero diremos mucho. que nacemos para estudiar, que estudiamos para volver a estudiar y este segundo estudio lo hacemos para trabajar, para comprar vinos caros, para tener una televisión y una cama de agua, para no morir de hambre, para tener un dolar que dar a nuestros hijos, para no terminar con los estómagos llenos de parásitos, con sífilis en nuestros penes (si los tenemos) y sida en nuestras mentes, para no embarrar nuestros baños con nuestros propios intestinos vulgarmente vomitados.
- nosotros si queremos vomitar nuestros intestinos.
- vamos a hacer la poesía de Adan Kadmon, de adentro hacia afuera, pintando las paredes con el amarillo de nuestros hígados, el negro de nuestros pulmones, el marrón de nuestros intestinos, con la esponja verde de nuestros bronquios.
- probablemente no querrías invitarnos a cenar con tu familia. no importa, igual ninguno de nosotros es suficientemente bonito.
- yapurr kipurr turun tun tssss. ninguno de nosotros comprende a cabalidad lo que una imagen poética representa. no nos importa.
- cada uno de nuestros órganos es poesía en funcionamiento, que con suerte entrará en movimiento, y cuando la poesía entra en movimiento es cuando empieza a formar poetas.
- -
- ...
- -
- queremos la renuncia de cada rector universitario actual (especialmente de aquellos calvos o egresados de Mordor), la reestructuración de los planes de estudio de las facultades de literatura.
- queremos que cada nuevo conocido sea un poeta visceralista incendiario.
- queremos que dejen de burlarse de nuestro puto nombre.
- queremos decir "puto" y "de mierda" en nuestros poemas y que suene bien. que suene bien.
- Sócrates no sabía nada, y aquí tú no puedes darte el lujo de no saber nada. con internet tú debes saber todo. he dicho todo, maricón.
- queremos acabar con MTV, porque nunca fue bueno, especialmente en los 80's.
- cada uno de nosotros tiene suficiente cabello para arrancar una sonrisa acariciando las más inflamadas encías a las personalidades más serias.
- nos casaremos con sus hijas, impediremos que hagan un postgrado o les den la alegría de un diploma en Finlandia (en general, robaremos de sus virginales pantimedias la posibilidad de aprender finlandés).
- guardamos el secreto del señor Mojo Risin, de Rimbaud, de Elvis, de Hendrix, de Mario Santiago y John Bonham: Bonzo y todos los demás viven en Eerie Indiana.
- aceptamos a los hijos bastardos de poetas que nunca han leído, a cuyos abuelos nunca conocieron, cuya concepción de surrealismo es aquella que deberían tener de infrarrealismo y no la de una realidad superior del subconciente. roll over Breton.
- seguramente nosotros no soltaremos la bomba en el edificio del arte, porque quien realmente necesita una bomba es la sociedad y no el arte, y la bomba debe ser real, y bien grande y bien nuclear.
- búm.
- somos los más grandes parásitos, porque hablamos mucho y no hacemos nada. y para el mundo, donde el hablar mucho y ser rebelde se ha convertido en solo un matiz del blanco profundo de la mente, más provecho saca el que se limita a no hacer nada con la boca cerrada. los demás estan silbando con la boca llena de guacamole y rabanito.
- y sin embargo, nosotros conocemos el secreto del silencio: mientras este es más profundo, más fuerte resuena un grito.
- alguien páseme los tequeños.
- vamos a vomitar sobre tu gran alfombra persa.
- todos ustedes están advertidos: Nous savons.

domingo, 14 de octubre de 2007

Sin trago

Pantro se preguntaba cómo llegó a esa situación. 4 de la mañana, sin alcohol, con un narrador en su mente contando los acontecimientos de las últimas horas de forma cansina, repetitiva.
La reu de repente había muerto al acabarse el ron.
- Panty, no hay ron- le había dicho su enamorada, su flaqui.
- Mierda- recordaba haber dicho -. ¿Cómo que no? Había un webo.
- Se acabó webón- dijo Gianfranco -. Aquí la gente chupa como si fueran estrellas de rock.
- Puta, qué cagada.
Y así la reu fue muriendo lentamente. Y todos iban muriendo con ella. Flaqui lo miró con cara de Hush Puppy.
- Panty...
Pantro no quería ser el que fuera a comprar trago. Pero de alguna forma, terminó siendo él. Se les había hecho costumbre. Cuando faltaba algo en la reu, era el dueño de casa al que mandaban a comprar. Si el dueño de casa no captaba las indirectas, la enamorada le oprimiría el corazón con gestos empalagosos. Y él era un tipo empalagoso.
Una de las cosas más raras fue que nadie quiso acompañarlo. No había trago, la gente se cagaba, pero nadie quería ir a comprarlo. Preferían que él fuera solo. Preferían dejar su destino en sus manos.
Pero a las 2 de la mañana, ¿donde compra uno alcohol? Había que odiar a los putos alcaldes. ¿Qué clase de ser humano prohibía la venta de licor después de las 11? Seguro querían quedarse con todo.
Pantro caminó por las calles, y sin saber a donde más ir, se dirigió a un grifo. "Razonaré con la cajera," pensó, o algo así. Arrastrando los pies, con las manos en los bolsillos, caminó durante algunos minutos hacia la luz. Y llegó al grifo. Entró al Repsol-Mart.
- Hola- dijo - ¡Señorita, es una emergencia!
- Joven, no vendo trago después de las 11.
La cajera lo miró casi con compasión, pero sus palabras habían sido mecánicas.
- Por favor señorita, no sea así. Usted también fue joven.
- Tengo 23 años.
- Ah.
La cajera se rascó la teta izquierda.
- No puedo venderle, lo siento- dijo.
- Por favor...
- No...
- Ya pues...
- No.
Pantro puso cara de Hush Puppy. Luego puso cara normal. Comprendió que solo lograba verse algo estreñido.
- Señorita, nadie se va a enterar.
Fue entonces cuando la cajera le miró con ojos raros. Él odiaba esos ojos raros.
- Seguro hay algo que podemos hacer. Acercate.
Pantro lo pensó por un segundo, pero se acercó enseguida. Tenía una misión. La cajera le susurró algo al oído. Él trago saliva.
- Mañana vengo. Se lo juro.
- Hmmm- la muchacha se rascó la barbilla -. Ok. Saca tu trago. Dame la plata. Bien. Mañana, ¿eh? Te espero. ¿Cómo te llamas?"
- Pantro.
La cajera le guiñó el ojo.
- Te espero, Pantro.
Pantro salió del Repsol Mart con sus botellas de ron. Salió eufórico, sonriente y dando brincos, sin pensar en cómo volvería a comprar en ese grifo. Él era el webón, en esos momentos nadie la tenía más grande que él.
En ese estado de ánimo se dirigía a su casa, triunfal. Fue entonces cuando apareció la pick-up negra. La camioneta frenó en seco delante de él, salieron tres tipos, tres cochinos emos.
- Súbete- le dijeron. Pantro no era cojudo. Hubiera corrido, pero sabía que esos tipos no hubieran dudado en atropellarlo. Lo más inteligente era hacer caso, tranquilito nomás.
- Conchasumadre...
- Sin lisuras, hijodeputa.
Sin lisuras, se subió a la pick-up. Los emos se subieron con él y adentro lo golpearon. Los recuerdos que siguieron se hacen algo difusos, pero Pantro sabía bien que lo estaban alejando de su casa. Había perdido la concepción del tiempo y el espacio.
- Despierta.
Despertó. Los emos le miraban fijamente. Los tres que lo habían hecho subir y el que seguro manejaba.
- El trago o tu culo- le dijeron.
- Ya pues webón...
- El trago o tu culo.
- No pues webón mi ron... fue trancasa conseguirlo...
- Bájate el lompa.
Pantro tragó saliva. La cosa era en serio. Les dio el trago.
- Ahora bájate.
Se bajó de la camioneta, adolorido, con el orgullo herido, sin trago.
Los emos encendieron el motor y se largaron de ahí, dejándolo solo en quien sabía donde.
- Puta madre- dijo. Se metió las manos en los bolsillos, bajó la cabeza y empezó a caminar. De alguna forma, había sabido regresar a su casa desde quien sabía donde. Le abrió Flaqui. Se miraron. Ella sabía que él no tenía trago. Entró a la sala. Le gritaron, lo putearon, él no dijo nada. Luego ellos tampoco dijeron nada. Todos sabían que no tenía trago.
Y bueno, eso devolvía a Pantro al principio de la narración de los hechos. A las 4 de la mañana, sin alcohol, y preguntándose como había llegado a esa situación. Miró la superficie de la coca-cola en su vaso. "Mierda," pensó. Ahora entendía: debía haber entregado su culo.

sábado, 13 de octubre de 2007

botellas de whiskey sobre una mesa vieja en un basural

vi gotear sobre las botellas de verde cristal las babas tibias de aquél
------------bebé gigante
y no me gustó en absoluto
era como una de aquellas malas películas de vaqueros
en que el viejo pistolero dispara a matar. ah, pobres botellas.
entonces me pregunto
a quién le gustará saborear la flema de un etílico ratón vaquero
habría que preguntar a los enfermos transeuntes del desierto
una por una a cada lagartija,
a cada muca vieja de la zona.
veo en el reflejo del rocío sobre las piedras y los vidrios
a aquél bebé gigante despertar.
ahora aquél bebé gigante se rasca lentamente la entrepierna
y comprueba que esta huele como los viejos medicamentos de su
------------padre
(y yo lo sé porque me lo ha dicho
no porque haya olido los ennegrecidos dedos de su mano)
y al atardecer, en aquel viejo desfiladero
ya todos hemos bailado la vieja danza de Jim Beam.

viernes, 12 de octubre de 2007

gnomo

El gnomo trabaja en su taller cada día de la semana y aún más que eso. Está rodeado de instrumentos y herramientas que le ayudan con el progreso de sus obras: martillos, cinceles, serruchos, alicates y aún elementos tan poco convencionales en un taller de aquella naturaleza como podría serlo un stiletto. A su alrededor también hay frascos con diversas fórmulas y mezclas, pegamentos, aceites, combustibles, químicos y la sangre de monos espaciales, recogida en las selvas inquietantes de la Guyana Francesa. El gnomo da forma a sus artefactos con natural cuidado, con la líbido de aquellos que se satisfacen a sí mismos cruzando tablas de madera y completando tareas que en un inicio, quizás, no debieron haber sido completadas. Y así se pasan las noches, la consecuencia de cada jornada de trabajo, en lo que podría ser considerado el harakiri de la creatividad, el éxtasis de la revolución industrial del año 3472, el gorgojo pardo manchando la última voluntad de Papá Pitufo. El gnomo alza la cabeza entonces, detiene el martilleo, y dice, un preciso instante antes de escupir al advenedizo poeta: "Yo no soy un pitufo, homúnculo repugnante."

miércoles, 10 de octubre de 2007

intersección de dos calles

la mujer que miro desde la esquina
no tiene la opulencia de las malcriadas
pero se desliza
con la gentileza del caucho negro de las llantas sobre el hielo
con el contoneo de las frutas púrpura platino
y las bebidas abiertas en una nave en órbita
el contoneo del efecto doppler, de una onda mecánica
propagándose en el vacío.
la mujer que miro desde la esquina
bebe-come-devora como la voracidad del fuego pétreo
y sin embargo se las ingenia
para seguir siendo una dama.
she's a lady. in your face.
hablamos, nos movemos
y le digo "nena, tus pezones apuntan hacia mí"
y es entonces que la mujer que miro desde la esquina
me dice "yo apunto primero
y disparo después."

martes, 9 de octubre de 2007

el almuerzo

un día Ana C me dedicó un bolero antes de irse a clases.
cuando volvió me dijo
“seré directa,
¿qué hay de almorzar en tu casa?”
había pollo con naranja.
también habían tallarines.
aquello no era una indirecta, así que la invité a almorzar.
pregunté a mi madre,
“¿puedo invitar a alguien a almorzar?”
“no,” dijo.
“es una chica.”
“está bien.”
así que me bañé (me afeité bastante antes)
me vestí
y la fui a recoger
media hora después.
ahora,
yo siempre estoy tarde
aunque el reloj diga lo contrario,
en verdad,
lo sé.
Ana C me regaló un paquete de boliquesos. A mí me encantan los
-------boliquesos.
luego caminamos.
caminamos y cuando llegamos a mi casa, la hice pasar (e ignoré el
-------comentario sobre la chica de su escuela)
nos sentamos, y mientras veíamos esas fotos
que a uno terminan de quitarle
todo el misterio y atractivo
(nota: soy misterioso y atractivo)
y hablábamos de grandes temas de la poesía contemporánea
-------(emos y judíos),
ella abrió los boliquesos.
nos los comimos
nos los comimos rápido. Esa chica sí que quería esos boliquesos.
no mucho tiempo después (el tiempo pasó muy rápido)
fueron apareciendo las personas
que estaban en mi casa.
conoció a mi madre
a mi padre
a mi tía Roxana
y a los ladridos de mi perro.
luego nos quedamos con mi madre
“¿podemos ayudarte con algo?”
preguntó Ana C
pero mi madre insiste en ser autosuficiente, estragos de la sociedad
-------occidental clásica
en una mujer de 52 años.
comimos tallarines
y hablamos de
mi nido
mi infancia
madres de familia
mis amigos
mi ropa
modales en la mesa (algo antes de vestimenta en general)
del postre
del jugo (ella no quería más jugo)
del papa
del sexo entre las clases menos pudientes
y de la filosofía nazista del 4to Reich (el de las madres de familia
-------limeñas para con las empleadas del hogar)
Ana C, que es encantadora, piensa que mi madre es graciosa, y mientras, yo aquí y ahora
me como el pollo con naranja,
me pregunto (y ella me pregunta)
qué pensará mi madre de ella.
no,
espera.
no me importa realmente. yo no iba a presentársela a mi madre
yo la invité a almorzar.

sábado, 6 de octubre de 2007

Poema de la Diversión

Vamos a kemar la facultad de economía de la católica. Vamos a tirarle napalm a la Pacífico, matar a sus profesores, traer abajo los bancos, la reserva de oro nacional. Vamos a tumbar las antenas, joder la señal de radio, mearnos en el IPP, en la facultad de comunicaciones de la de Lima (pero no en sus chicas, están buenas. en el futuro necesitaremos mujeres buenas). Vamos a cagarnos en tu madre, en Toledo, en Toulouse Lautrec, en los carteles de la panamericana (usaremos catapultas), en los canales 2, 4, 5, 9, 11, 13 y el 6, en el 43, el 45, el 96, en tu hermana la bióloga (solo por despecho), en tu golden retriever Matías, en tu auto, en tu dpto., en los creativos, en el indie rock, en las modelos de 19 77, por no estar tan buenas como las de la temporada anterior, en el capitolio, en la casa blanca, en el palacio de Westminster, en Frédéric Beigbeder y en la basilica de San Pedro. Y luego nos follaremos a las chicas de la facultad de comunicaciones de la de Lima.

Nafarroa 1

Las praderas de pie pequeño.
La noche de los cuchillos largos.
La casa de los cuchillos voladores.
La casa voladora.
Se abran las praderas de Nafarroa.
Se alce su estandarte.
El águila negra de Nafarroa.
El gran árbol de algo de Nafarroa.
Las piernas largas de Nafarroa.
Las piernas largas de sus mujeres.
Sus mujeres
Sus tetas
Sus vestidos largos
Sus cigarrillos.
La ley del Kalimotxo.
El vino con Coca-Cola.
La sangría.
La hemorragia del gran toro degollado.
¡Gora Nafarroa!

martes, 2 de octubre de 2007

El Vasco

En Lima se hablaba del Vasco desde hacía meses, pero cuando se le vio saliendo del aeropuerto, se empezó a hablar más. No era un tipo grande, ni especialmente intimidante. Tampoco era guapo, pero sí que era misterioso. Bastante enjuto, bien afeitado, con el pelo grasoso peinado hacia atrás y una pequeña cicatriz en el labio inferior. La mayoría de gente no sabía cuanto medía Mickey Rourke, pero suponían que sería más grande que el Vasco, así que se decía que este era una versión en miniatura del actor estadounidense. Una versión en miniatura de Mickey Rourke en traje.
El Vasco llegó al Sheraton, y pese a que desde fuera le parecía más una cárcel que un hotel, se hospedó allí porque para él ya todo estaba pagado. Una vez dentro pidió una botella de vodka para su habitación y abrió sus maletas. Sacó la espada toledana que guardaba en una de ellas y mojó un pequeño pañuelo con un poco de vodka. Frotó la hoja de su espada durante un rato, luego la envainó y la dejó sobre la cama. Se sirvió un vaso de vodka.

Así que la noticia de la llegada del Vasco estaba en boca de todos. En el palacio de gobierno todos estaban bastante preocupados por la seguridad del Presidente. En los barrios la gente empezaba a preocuparse. Michael Trujillo colgó el teléfono y miró a Iñaki fijamente.
- Iñaki, esto no puede seguir así.
- Oh.
- No, no, nada de “oh”. ¿Sabes cómo está perjudicando esto el negocio?
- Me hago la idea Michael.
- No, todo el asunto me tiene cojudo. Voy a tener que pedirte que hagas algo al respecto. Y no me mires así.
Iñaki no podía dejar de mirarle así.
- Lo lamento jefe- dijo.
- No lo hagas Iñaki, solo haz lo que tienes que hacer.
- Sale y vale.
Iñaki se puso de pie y salió de allí. Michael Trujillo se encendió un puro y se puso a pensar.

Al Vasco lo habían visto en Barranco en un bar haciendo preguntas. También lo habían visto en el restaurante de Juan Jorgensen. Le habían visto conversar animadamente con Jorgensen, luego volver a el bar esa misma noche.
- Así que usted es español- le preguntó un tipo a su lado.
- Sí. Vasco- respondió.
- Ah. ¿Y cuál es su nombre?
- Me dicen Ibarra.
- Ah, como las guitarras.
Se bebieron un trago a la salud de la familia Ibáñez y luego uno a la salud del presidente. La gente en el bar odiaba al presidente, notó el Vasco, pero no lo decían directamente. Se pidió una manzanilla y mientras esperaba a que se enfriara sacó su celular y envió un mensaje de texto. Luego se bebió la infusión y salió de allí.

Un microbús le llevó hasta donde tenía que ir. Luego caminó hacia las Casuarinas, informó al guardián que iba a ver a la familia Olaechea y caminó hasta la casa.
- ¡Señor Ibarra!- exclamó Jaime Olaechea al abrirle.
- Buenas noches Jaime.
- Tome asiento.
- Gracias.
Olaechea descorchó una botella de vino y sirvió tres copas. Entonces una mujer rubia de largas piernas y enfundada en rojo entró a la sala llevando un estuche de violín. Olaechea la presentó como su novia, Mónica. Mónica colocó el estuche sobre la mesa y lo abrió. El vasco tomó la pistola que había en este y la guardó en su saco. Luego dio un trago a su vino. Él, Olaechea y Mónica hablaron un rato. Bebieron más vino. Cuando se acabó la botella, Olaechea sacó otra, pero el Vasco ya no bebió. No salió de allí hasta bien avanzada la madrugada.

***

El presidente recibió una llamada esa tarde. Habían matado al Ministro del Interior.
- Mierda- dijo.
- Todo esto es una mierda, es cierto- dijo el Primer Ministro.
- Ándate al carajo Hugo, por supuesto que es una mierda, el vasco de los cojones me está volviendo loco.
- ¿Así que ya está confirmado que está aquí?- preguntó el Primer Ministro Hugo.
- Tiene que ser.
- Y bueno, ¿qué harás? Sabes que tienes un par de citas hoy.
- Voy a cancelarlas por supuesto.
- ¿Qué?
- Voy a cancelarlas, ¿eres sordo? Yo no salgo de aquí hasta que se haga algo con el vasco de mierda. Y daré un mensaje a la nación.
- ¿Qué dirás? ¿Qué maten a Mickey Rourke?
- Terroristas, eso diré.
- Bah.
- A mí no me digas “bah”, Morales. Tú la vas a pasar tan mal como yo.
- No. El presidente eres tú.
El presidente se sirvió un vaso de whisky.
- Hijo de puta.

El Vasco había cambiado de hotel. Ahora estaba en el Bolívar, bastante más cerca del Palacio de Gobierno. Tenía la ventana del presidente en la mira las 24 horas. Pero él no usaba rifles, así que poco importaba la cosa. Era buen actor, buen ladrón y buen secuestrador. También era bueno con el maquillaje y especialista para deshacerse de cadáveres de soldados de plomo. Salió con su maleta y fue a un restaurante de la plaza de armas. Allí se vistió de soldado rojiazul, hizo las modificaciones necesarias a su rostro y marchó al palacio. No tuvo problemas para entrar. El Vicepresidente y el Primer Ministro salieron a dar revista a los soldados. Era lo que tenía que fuera julio. Entonces en determinado momento un cuchillo abrió en canal el pescuezo del Primer Ministro. La guardia se volvió loca y paranoica y el brigadier tuvo que poner las cosas en orden. Aquello era un caos total. El brigadier fue a informar al presidente. El Vicepresidente se había orinado pero ya estaba increpando escandalizado a los jovenzuelos bélicos por su ineptitud. Alguien le recordó al Vicepresidente que él podría estar en la mira y se volvió a orinar. En cuanto al brigadier, nunca volvió.

Por la noche, el Vicepresidente hizo una visita al Presidente.
- Esto ha llegado demasiado lejos. ¿Qué clase de seguridad hay en este país?
- No puede volver a pasar- dijo el Presidente bebiendo un poco de whisky -. Quiero fuera de este edificio a todo ese regimiento.
- ¿Qué harás con ellos?
- No sé, fusílenlos.
- Mierda... mataron a Hugo...
- Sí. Y por idiotas como ustedes dos yo ahora podría estar durmiendo con los peces.
- ¿Qué dices? No voy a tolerar esto, ¿me escuchas Rumi?
- Ándate a la mierda- respondió el mandatario dando un trago.
- Jódete. Tú la vas a pasar peor que yo- dijo el vicepresidente, saliendo de allí dando un portazo.
- ¡Eh, Chávez, lo mismo dijo Hugo!
Y el Presidente dio otro trago.

La noticia de las movidas del Vasco no solo tenían a las figuras del mundo de la política peruana, sino también a las del mundo del hampa, ajustadas como los huevos de un esquimal. Y el Vasco no podía estar más satisfecho. El Presidente incluso le había dedicado un mensaje a la nación. Y él no solo se había cargado a un puñado de ministros y políticos, sino a más de un narco de paso. Las cosas iban frescas como rosas y limón.
Ya eran las 9 de la noche cuando el Vasco salió del restaurante de Juan Jorgensen. Sonreía confiadamente y caminaba por las calles de Barranco con paso ligero cuando un muchacho de unos 20 años le hizo un gesto con la mano.
- Hey, señor.
Un dealer. El Vasco se preguntó si estaría mal. Hacía mucho que no se fumaba un porro. Ya estaba bien de tabaco.
- Hola muchacho. ¿Qué es lo que tienes?
El chico sonrió. Ambos caminaron por el boulevard y se detuvieron en un callejón, frente a un árbol.
- Eh, Ibarra, ¿te han dicho que te pareces a Mickey Rourke?- preguntó el joven mientras el Vasco sacaba su billetera. Este alzó la mirada. Quiso desenfundar la toledana, pero el muchacho ya había sacado su arma -. Yo no soy un dealer, conchatumadre.
Iñaki pegó tres tiros y ahí ya no había más Vasco.

Michael Trujillo hizo una llamada telefónica muy importante al día siguiente.
- El asunto está manejado Rumi. No, no te preocupes. Hombre, tus intereses son mis intereses. No, no, se lo diré, tranquilo. Por supuesto, despreocúpate. Ya hablaremos de eso.
Colgó el teléfono y tomando un puro de su escritorio, lo encendió. Pocas veces se había sentido tan patriota como entonces. Chupó el puro y sonrió.