jueves, 23 de octubre de 2008

Espada

siempre he pensado que hace falta valor para romper las cadenas
salir a la noche, oscura y fría
arrastrando viejos trapos
perseguido por las bestias del polvo y por el
viento.

pienso que hay que sufrir bastante
saltar muros
arañar montañas
matar perros con las manos y los dientes
y sangrar sangrar sangrar
pero al final del camino
y al final de la noche
siempre hay un túmulo antiguo como nuestros padres
tallado en roca desnuda
roca elevada y cortante del desierto
esperando.

¿qué aguarda más allá de la luz y del céfiro
de los destellos de pirita y de las llagas
sobre la piel?
¿qué habrá en las profundidades cavernosas
que hace que me embargue el espanto?
¿será la certeza, puede ser,
de que no puedo confiar en mis hermanos
de que la bestia ha de devorarme si me encuentra
y de que no puedo esconderme
para siempre?

hay algo brillando entre los huesos
de mis muertos
algo en la profundidad de la caverna
fuego que grita pero no consume
es la prueba que necesitaba
de que aún respiro.

valor para romper las cadenas
¿qué tal para matar a mi hermano?
¿qué tal para matar a la bestia
sin necesidad de destrozarme las manos
o de partirme la mandíbula?

valor para abandonar las sombras
profundas de este mausoleo vascuence.
¿a la luz de la llama
en quién puedo confiar?

acero
certeza
en las tripas
en las tripas
nunca falla.

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