viernes, 19 de junio de 2009

Lamento del amante del oráculo

Este es para el oráculo, que es una felina morocha.

¿Qué sentido tiene
sentarse al borde del acantilado
a observar al peregrino que escala estas rocas
si ya conoces su nombre, de donde y a qué viene?
"Este año
la cosecha estará marcada por la plaga
y muchos no verán terminar
este invierno
Pero el año siguiente
y es esta la palabra de Apolo
todo lo que siembres será grato
al alba brillará el trigo como el vello de una virgen
y el fruto de la vid embriagará a los hombres en tus salones"
Se retirará entonces el peregrino con una ancha y anticipada sonrisa
ignorando lo más horrible de la profecía
en favor de lo que resulta más hermoso
y sería para ti propicio, oh sabedora
recibir también al próximo viajante
si no fuera inminente la tormenta
y no supieras de antemano que ese nunca volverá al hogar
"Vuelve durante la próxima estación
zarpa de vuelta a la patria, oh viajero
Ha nacido tu primer hijo
Contempla esta noche el crepúsculo
y mientras reman tus hombres en tu nave
sueña con el hogar
con el abrazo cálido
de tu mujer y tu pequeño heredero."
Mi dulce Sofía
¡qué insensible te ha vuelto el conocer los designios de los dioses
qué inflexible y qué cruel aspecto te da el peso de la égida sobre tus
-----/ suaves hombros!
¡Yo que te vi correr por las arenas de esta playa
salando tu piel y tus cabellos con la brisa
y mojando los dedos de tus pies
que canté rapsodias a la musa de tu nombre y te vi reir en un mundo
-----/ de sorpresas
Parte ahora por tu engaño un hombre que desconoce el significado de
-----/ lo inminente!
Y tú sonríes como siempre ante mis palabras de reclamo y llevas tu
-----/ mano a mi rostro
y siento que tu piel
aún es cálida.
Más tarde en el calor del lecho que nos han reservado los éforos
detrás de un velo y sobre una fuente de agua
te miro y te ruego
¡déjame ver! quiero conocer el ser de lo inminente y todo aquello
-----/ que tú ya has visto
quiero saber lo que deparan los dioses
pero te niegas
mueves despacio la cabeza
fría, serena,
indiferente
entonces lloro y grito y muerdo los bordes de la cama
tú dejas que me calme, como un niño
me rodeas con un brazo
llevas tu pecho a mi boca
para calmarme
como a un niño
No me odies, mi amor, dices
Yo no puedo odiarte
¿qué es lo que has visto?
¡Tantas cosas!
lo sabes todo.
¿Cómo puedes dormir tan profundamente por las noches
mientras piensas en la viabilidad del futuro,
en todos los caminos que convergen en los bordes?
¿Y qué futuro es más viable que aquél que es inminente?
Nos atrapa tu visión, mi amor
y a veces me encuentro debatiendo en mí mismo
si eres la araña o eres la red
y es entonces cuando vuelvo a la playa y a tu piel
y a las borracheras de mis rapsodias
y a ese mundo de la vida en que aún pudiera
sorprenderte
con poemas
o tal vez solo
respirando
en tu oído
Te veo entonces levantarte con el alba
Febo colándose por la ventana y tú cubriendo tu cuerpo
-----/ suavemente
sabes que estoy despierto
pero aún ahora haces de cuenta que lo ignoras, mal hábito
"Somos libres," me dijiste un día
hace mucho tiempo
en una época más sencilla
pero ahora yo me digo
No, no lo somos
me quedaré contigo
pero tú ya lo sabes
porque lo sabes todo
¿y qué valor pueden tener para el oráculo
las decisiones y los contenidos de una vida
que no tiene nada nuevo que ofrecerle?
Ya has probado todos los sabores, amor
y yo no puedo ofrecerte nada
más que odiarte (y amarte)
hasta que también para mí llegue lo inminente
ignorando siempre lo más horrible
en favor de lo que resulta más hermoso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un gran ojo. Me sabes tanto a Eliot.

Lion Chinaski dijo...

oh. un gran ojo?