miércoles, 28 de mayo de 2008

Bodega

Estábamos yendo a comprar cerveza Copete y yo cuando nos encontramos con el viejo Franklin.
- ¡Eh, Copete! ¿Eres tú?
- No, soy Pecote- respondió Copete.
- Ah. Ah, ya entiendo, ¡estás jodiendo conmigo! Jojojo. ¿Quién es tu amigo?
- Yo soy el Payaso Plin Plin- dije.
- ¿En serio?- dijo el viejo Franklin.
- En serio Franklin- dije yo.
- Ah vale.
El viejo Franklin parecía muy satisfecho consigo mismo, por lo que Copete decidió bajarlo del castillo.
- Está jodiendo contigo Frank- le dijo.
- Ah mierda- dijo el viejo borracho -. ¿Por qué todos tratan de joder conmigo, y ni siquiera de la buena forma? Son todos unos hijos de puta, Copete.
- Mi mamá no te ha hecho nada, Frank, y no voy a dejar que te metas con ella.
Copete ya estaba sacando el cuchillo, así que traté de detenerlo.
- Eh, Copete, tranquilo, aquí el viejo Frank está borracho. Frank, la gente se mete contigo siempre porque siempre estas borracho. Es así, uno jode con los borrachos. Y no de la buena forma.
Algo dentro del viejo Franklin no me creyó, porque el viejo Franklin pareció no creerme, y me lo dijo.
- Mierda, yo no estoy borracho. ¡Yo no estoy borracho y no te creo! ¡No te creo nada!
- Vale Frank, nosotros nos vamos de aquí. Nos vamos a comprar.
- Sí, a comprar cerveza y para ti no hay- añadió Copete, guardándose el cuchillo en la casaca.
- Oh, ¿cerveza? ¿Si pongo algo me invitarán?
- No Frank, maldita sea, vete. No queremos nada contigo- Copete estaba molesto y ya estaba sacando el cuchillo de nuevo, así que me puse entre los dos.
- Tranquilo gordo, tranquilo. Es solo el viejo Frank, y no se ha metido con tu mamá ni nada.
Franklin dio un salto y se puso frente a Copete.
- ¡Eres un hijo de puta, ERES UN HIJO DE PUTA! ¡VOY A TIRARME A TU MADRE!
- ¡Eh, la puta que te parió!
Copete agarró el cuchillo. Traté de separarlos, pero por bobalicón, me terminó clavando el cuchillo en el costado. Grité y me caí. Entonces Copete salió corriendo y me dejó solo con el viejo Franklin.
- Eh... ¿Frank... papá? Creo que vas a tener que llevarme al hospital.
- ¿Eh? Mierda, Lucas, no te reconocí.
- Creo que vas a tener que llevarme al hospital, papá.
- Ah, vale. Pero no tengo auto.
- Ah... ok.
De repente empezó a hacer mucho frío y me di cuenta de que me estaba desangrando.

Ala.

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