martes, 23 de septiembre de 2008

El Piso

Vivíamos todos en un piso pequeño en el casco viejo de Gasteiz. Éramos tres latinoamericanos y dos españoles y todos trabajaban o hacían algo menos yo. Yo simplemente solía andar tirado en el departamento, bebiendo o leyendo, o leyendo en la librería que había a la espalda del edificio. De tanto en tanto venían chicas a nuestro piso y hablábamos y me preguntaban qué era lo que hacía yo. "Soy escritor," respondía, y de tanto en tanto eso me conseguía un polvo. No era una vida mala del todo. El único asunto era la sensación de sentirme inútil, que a veces era más fuerte que yo. A veces. Otras simplemente me relajaba, me fumaba un cigarro y tomaba una cerveza mirando a través de la ventana algún punto indeterminado en la calle, o incluso en la pared. Me gustaba más mirar la pared.
De los españoles solo uno era vasco y ese era el que solía traer provisiones. Vino barato, cerveza, a veces una botella de vodka. Cannabis, hongos, ácidos o alguna otra cosa, siempre dentro de lo natural. A nadie en la casa le iba lo sintético, o eso les gustaba decir.
De los latinos había un uruguayo, que era el responsable de que tanto en tanto hubieran chicas. Era pintor, pero más parecía un actor de la tele. No teníamos problema con eso. Traía buen material para sus cuadros y todos nos beneficiábamos.
Luego eran un mexicano que trabajaba en una tienda de zapatos y un aragonés que estudiaba ingeniería. Yo era el único que realmente no hacía nada.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

vino barato, cerveza, hongos, no hacer nada
perfecto pues.

Anónimo dijo...

no me gusta preocuparme sabes?
de verdad no me gusta u_u

Lion Chinaski dijo...

nena, malo eso de usar el blog para la mensajería instantánea.

Fbio dijo...

mensajeria instantanea?

como puessss