es como quien aprende a tocar el blues de la penitenciaría
con una guitarra de una sola cuerda.
durante la semana le habría de sacar brillo a la madera
con un trapo de seda bastante fino
y una lata celeste de betún blanco guardada en una caja enorme,
el requisito de todo lustrabotas que se respete.
más tarde, sentado en su banco iría desarrollando la destreza
de 4 dedos arrastrándose horizontalmente entre 19 trastes
imaginando que va presionando entre tus vértebras,
que en realidad va contando el espacio
entre tus pecas y lunares
queriendo tocar sobre tu espalda el blues de la penitenciaría.
jueves, 18 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
ouuuh preciso tu poema, amorss... =0. lo unico que te pido si es que ataques luego, tu sabes a que me refiero :P
y amo tus rulos *o*
Saludos.
Publicar un comentario