miércoles, 5 de septiembre de 2007

Un trovador y el Sacerdote de Judas

Así que este es
El Sacerdote de Judas
El señor de Halford que lleva el estandarte
Del ídolo carmesí, dijo el trovador, dijo aquél flautista.
Un hombre pálido en túnicas azules
De dientes largos y brillantes
Y ojos rápidos, descontrolados,
El sumo sacerdote de la Bestia, el señor
De Halford.
El trovador sacaría
Una pluma
De una raída, una vieja chaqueta
Desteñida y maltratada
Por el aire del desierto, por las rocas
Que raspan y laceran
Al viajante, (llamemosle tonto, intrépido
O como más convenga) y tomaría nota
Tomaría nota del peculiar aspecto
Del hombre,
Alto y noble,
Que tenía ante él.
¿Pero es hombre
El sacerdote de
una bestia? ¿Es noble lo que
No es hombre pero
camina sobre
Dos pies y bebe en
Copas de oro y gemas
Y aún presta al trovador
Tinta para su pluma?

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